"Ne, ne, vamos Miko, dime ¿Quién es la persona con la que te vas a reunir?" – una alegre muchacha de cabello naranja murmuró curiosamente.
"Hana, creo que deberías irte a casa de una vez" – otra chica, de cabello dorado y ojos dorados, respondió evasivamente.
"¡Denegado! esa no es la respuesta que quiero~"
Estas dos chicas eran Miko Yotsuya y Hana Yurikawa.
Ambas estaban en la parada de autobuses conversando, o al menos una de ellas parecía estarlo. Hana tenía su característica aura vivaz, llena de alegría y emoción. Miko, por otro lado, parecía que no estaba de muy buen humor.
Y no era para menos, pues esta no había sido una buena semana para Miko.
Desde hace una semana, las cosas para ella se habían vuelto un poco más complicadas.
El tema de los seres paranormales que la acosaban constantemente se había vuelto más molesto de lo que ya era.
Se suponía que ella tendría la ayuda de su sensei, Miyamoto Yuuma, quien le enseñaría a combatir esas cosas tal y como él lo hacía, o en su defecto, le diría algunos métodos para poder repelerlos.
¡Pero desde el fallido intento para ayudarla a despertar sus poderes aquella mañana en la escuela, ella no lo había vuelto a ver hasta ahora!
Miko entendía que no era obligación de su sensei ayudarla con este tipo de problemas, y que ella no podía reclamarle que la haya dejado de lado. Sin embargo, sentía una especie de amargura al no haber sido contactada y solo recibir algunos mensajes de disculpa.
Además, su sensei se lo había prometido, así que su molestia estaba in poco justificada.
¡Y es que, los espectros que ya se habían alejado de ella por un par de días, quizás por la intervención de su sensei, nuevamente habían regresado a la carga!
Cruzándose en su camino, asustándola cuando ella menos lo esperaba, haciéndola sentir presionada… todo era como antes, incluso un poco más.
No obstante, esto no sería suficiente como para catalogar sus días como malos, pues no era algo que ella no haya experimentado antes. El problema era que esos espectros comenzaron no solo a afectarla a allá, sino también a su mejor amiga, Hana.
La chica de pelo naranja y grandes pechos comenzaba a sentirse más cansada de lo habitual, como si toda su energía fuera 'robada' misteriosamente, por lo que tenía que comer más seguido para reponerla.
Esto hubiera pasado desapercibido para cualquier otra persona, pero para Miko no.
Ella sabía, por palabras de su sensei, que esos fantasmas se alimentaban de la energía vital que las personas emitían, y que en el caso particular de Hana, tenía demasiadas reservas de energía, por lo que era un blanco fácil para los espectros.
Y por si fuera poco, en estos días Miko se había dado cuenta que, dentro de su hogar, había dos espectros de los cuales no se habían dado cuenta hasta ahora.
Ya había visto a algunos fantasmas en su habitación o en su baño, pero esos solo le daban un sustos y luego desaparecen. Sin embargo, los seres de los cuales se había percatado recientemente eran completamente diferente
Uno de ellos era un enorme ser cuadrúpedo, parecido a un perro o un lobo, con unos ojos morados aterradores, una sonrisa maquiavélica y un aura que irradiaba miedo puro por todos lados.
El otro espectro era completamente diferente, tenía un figura completamente humana sin alteraciones, quien actuaba como si fuera un humano común y corriente. Sin embargo, este espectro le causaba más angustia y dolor a Miko, pues ella sabía quién era.
¡Este espectro era el fantasma de su fallecido padre!
Miko había estado tan metida en todo este embrollo de lo sobrenatural que había olvidado la muerte de su padre hace ya un año, o quizás el trauma de haberlo perdido hizo que su mente tratara de olvidarlo, el punto es que solo en estos días fue que ella se dio cuenta de que no era a su padre a quien veía todos los días, sino su fantasma.
Esto la hacía sentir mal.
Y por si fuera poco, la única persona con la que podía conversar sobre estas cosas paranormales, su sensei, le dijo que se iría fuera de la ciudad por unos días, que no podría contestar sus llamadas al menos por unos cinco días.
¿Quién en esos tiempos tiene dificultades para contestar el celular, si todo el mundo anda con sus celulares en las manos?
¡Esto sonaba más bien a excusa para no hablar!
Ella no lo sabía, pero se había acostumbrado a mensajearse con su sensei, por ello que Miko Yotsuya estaba de muy mal humor, tanto que ni siquiera tuvo ganas de salir a pasear durante la Golde Week, ni siquiera con su mejor amiga.
Sin embargo, el día de ayer recibió un mensaje de Yuuma, quien se disculpaba por no haber contestado su celular, y le dijo que el día de hoy se reunieran para conversar sobre los problemas que estaban aquejando a la muchacha, así como para llevar a cabo un nuevo intento de hacerla despertar su poder oculto.
Miko tuvo algunos sentimientos encontrados con ese mensaje, pues estaba contenta de volver hablar con su sensei, pero estaba molesta por haber sido dejada de lado.
Pero al final de cuentas decidió creer que había estado realmente ocupado y aceptó reunirse con él.
Miko no le dijo a su madre o hermano que saldría para encontrarse con su sensei, pues era algo que los escandalizaría bastante, por lo que les dijo que iría a ver a su amiga Hana.
Del mismo modo, Miko le dijo a su amiga que saldría con su hermano menor a hacer algunas compras, pues tampoco quería que ella pensara cosas que no veían al caso.
¡Pero para su mala suerte, ella se encontró con Hana en la parada de autobuses!
Hana se 'sorprendió' al ver a su amiga sin su hermano menor, por lo que comenzó a preguntarle si era verdad que saldría a comprar con su hermano.
Aunque, valgan verdades, que se encontraran no fue algo fortuito, pues Hana en verdad estuvo siguiendo a su amiga para averiguar qué es lo que pasaba. Ella sabía que su amiga estaba actuando un poco extraño, por lo que quería asegurarse de que nada malo le esté pasando.
Después de tanto insistir, y por cansancio, Miko le dijo que se encontraría con otra persona, que no siguiera preguntando.
Esto fue peor, pues Hana ahora se quedó a su lado para averiguar quién era la misteriosa persona con la que su amiga se reuniría.
A pesar de que Hana era una cabeza hueca que difícilmente se daba cuenta de muchas cosas, se percató que su amiga estaba actuando un poco raro estos días.
Por lo que comenzó a prestarle más atención a sus acciones. Incluso se puso en contacto con el hermano pequeño de Miko para saber si algo estaba sucediendo en su casa.
Es por ello que Hana logró enterarse sobre la supuesta salida que Miko tendría con ella en día de hoy.
La chica de cabello naranja y grandes pechos no sabía por qué su amiga le había ocultado esta información, así que supuso que debía ser algo muy importante.
"Por favor Hana, te prometo que te contaré todo después, así que anda a casa ¿está bien?" – Miko volvió a pedirle a su amiga que s fuera.
"Nop, no me iré hasta ver quien es esa persona con la que te reunirás" – Hana contestó con mientras adoptaba graciosamente una pose con firmeza – "¿Y si es un pervertido que solo quiere hacerte cosas malas?"
La chica de ojos dorados solo suspiró al escuchar las palabras d su amiga.
Miko pensó que Hana se molestaría por engañarla, o estaría resentida por negarse a salir con ella en estos días. Sin embargo, lo único que mostró fue gran curiosidad y preocupación por su seguridad.
Hana era una chica de buenos sentimientos, un poco cabeza hueca, pero era una buena persona. Miko no quería que ella se vea envuelta en el tema de lo paranormal, pues consideraba que su amiga era muy asustadiza y que eso le traería más problemas que beneficios.
Por eso es que no quería contarle nada sobre con quien se reuniría o que es lo que haría.
"¿Quién se supone que es un pervertido?" – de repente, se escuchó una voz varonil que llamó la atención de las dos chicas.
"¿Eh? ¡¿Miyamoto-sensei?!" – Hana se giró y se sorprendió al ver a su sensei, pues no esperaba encontrarse con él en este momento.
"¡S-Sensei, esto…!" – Miko también se sorprendió, pero se sintió un poco nerviosa ya que Hana ahora se enteraría de que era su sensei la persona con la que se reuniría.
"Buenos días Yotsuya-san, Yurikawa-san"
Yuuma se acercó tranquilamente mientras saludaba a las dos chicas.
.........
"¡Buenos días sensei!" – Hana saludo enérgicamente – "Es una sorpresa verlo hoy día"
"Para mí también es una sorpresa verte Yurikawa-san, no pensé que vendrías junto a Yotsuya-san" – Yuuma contestó.
Ayer, luego de la cita con Ai-chan, Yuuma llamó a su primera aprendiz, Miko Yotsuya, con quien no se había comunicado desde hace casi una semana.
Luego de su fallido intento por ayudarla a despertar sus poderes ocultos, ellos se habían mantenido en comunicación mediante mensajes de texto.
No obstante, a diferencia de Marin o Ayane, Yuuma no estaba intentando activamente tener algo romántico con la chica de ojos dorados.
No es que no quisiera, pues la chica era muy bonita, el asunto es que, si quería ser sincero, había dedicado más tiempo a las otras dos chicas que a Miko.
Entre lo que eran sus viajes dimensionales, entablar una relación formal en este mundo con Harumi, Marin y Ayane, Yuuma había dejado a algunas chicas con las que se había topado en este mundo y que le generaban un cierto interés.
Pues no solo eran Miko y su amiga Hana, sino también estaba Yuiko Okuzumi, la profesora de biología a quien Yuuma había estado molestando hace una semana, así como el trío de chicas que llevaban siempre pantimedias: Yua, Ren y Homi.
Ahora que Yuuma había recuperado parte de las memorias de su antiguo ser, también había recuperado parte de su verdadera personalidad, por lo que no dejaría pasar una oportunidad y disfrutaría muy bien de este tipo de vida.
No es que en verdad viera a las mujeres como simples trofeos para coleccionar, sino que en verdad tenía un gusto en particular por estas chicas. Por ello es que, si lo aceptaban, él las haría las mujeres más felices de la tierra.
Es por ello que decidió llamar a Miko para que se reunieran, quería que los términos entre ambos sean buenos, para que las cosas no se arruinaran.
Además, el motivo de reunirse también implicaba el asunto paranormal, pues lo que Yuuma vio en la televisión aquel día del accidente de tren, lo dejó pensando bastante.
Sin embargo, nuestro protagonista se sorprendió ligeramente al ver a Hana aquí ,junto a Miko el día de hoy.
Él sabía que la chica de ojos dorados no quería que su amiga se involucrara en los asuntos paranormales, por eso era un poco extraño que estuviera aquí.
"¿Eh? ¿Ir junto a Miko?" – Hana parecía confundida ante las palabras de su sensei.
"¡Sensei, por favor, no digas más!" – de repente, Miko exclamó nerviosamente.
Yuuma se dio cuenta de cual posiblemente sea la situación, por lo que no dijo más y se quedó callado.
"¡Hey, Miko! no deberías gritarle a Miyamoto-sensei" – Hana le susurró a su amiga mientras la reñía – "Lo siento Sensei, parece que Miko no se encuentra bien en estos momentos"
Yuuma se quedó en silencio mientras analizaba la situación.
"Ah, ya veo" – Yuuma murmuró, luego miró a la chica de ojos dorados – "Esto será un poco complicado de explicar ¿no lo crees Yotsuya-san?"
Miko se quedó callada ante las palabras de su sensei, pues sabía que las cosas se habían puesto un poco complicadas.
Aun recordaba que Yuuma le dijo en varias oportunidades que era mejor que Hana esté enterada de estas cosas, que no tendría nada de utilidad ocultarle las cosas, pero ella no quería involucrarla.
Sin embargo, y al parecer, el destino le estaba jugando una mala pasada.
¿Qué Haría ahora?
"Miko ¿Qué quiso decir sensei?" – Hana le preguntó a su amiga – "¿Qué es lo complicado de explicar?"
Hana era una chica despistada, un poco cabeza hueca, que no les tomaba mucha importancia a las cosas. Sin embargo, cuando un asunto algo le interesaba, podía todo de sí para poder comprenderlo.
Y el tema de la seguridad de su amiga era algo que ahora le interesaba de verdad.
El ver a su sensei en este lugar la distrajo un poco, pero poco a poco fue conectando mentalmente algunos puntos.
Hana recordó que Miko había comenzado a actuar un poco diferente luego de conocer a su sensei… Miko había venido a este lugar sola para encontrarse con alguien… su sensei había aparecido aquí repentinamente… la conversación entre ellos dos.
¡Los ojos de Hana se abrieron por la sorpresa!
"¡M-Miko! ¡T-Tu…!"