—Qiao Xi levantó la vista y miró a Tang Ruge de manera provocativa. Vio que la cara de Tang Ruge estaba llena de horror mientras gritaba con exasperación —¡¿Qué tonterías estás diciendo?! Esta canción fue compuesta hace cuatro años. Además, estaba enferma en ese momento. ¿Qué tiene de extraño que no recuerde cuántas notas tiene? Tú...
—Qiao Xi se sostuvo la barbilla y dijo con una expresión inocente —Señorita Tang, no te pongas nerviosa. Si tienes la conciencia tranquila, no tienes que tener miedo de nada. Si realmente eres Fu Sheng, no tienes que ponerte nerviosa.
Estas palabras fueron como rocas pesadas que se estrellaron contra el corazón de Tang Ruge. Estaba tan asustada que su rostro se puso pálido. Todos también sintieron que algo andaba mal.
—Yo... Yo no estoy nerviosa.
¿Por qué esta p*rra seguía viva? ¿No se suponía que debía haber sido vendida a una montaña remota? ¿Cómo escapó? Esos pedazos de basura no pudieron ni siquiera cuidar a una mujer. Eran realmente inútiles.