—No puedo mostrarte mi cara porque entonces, descubrirías que soy una chica. Y una vez que eso suceda, no podría estar a tu lado nunca más —dijo Eris mientras se hablaba a sí misma en el espejo. Una lágrima solitaria cayó de la esquina de sus ojos, pero rápidamente la limpió como si no quisiera que ni siquiera el espejo fuera testigo de su debilidad—. Ah, ¿por qué estoy llorando? ¿Es porque siento que lo que has estado hablando, el día en que la persona que me gusta también me mire, nunca sucederá?
Eris se miró en el espejo y tomó una respiración profunda —Lo sé... Siempre siento que él nunca será mío en esta vida. Pero está bien. ¿Quizás pueda tenerlo en otra vida, verdad? —una sonrisa triste y marchita vaciló en su pequeña cara.
Iryz no podía creer lo que estaba viendo y escuchando. ¿Qué era Eris? ¿Era realmente ella? ¿Podría ser la reencarnación de Eris?