—¡Estaba equivocada! ¡Estaba tan equivocada! Mis amigos ya se habían ido, habían caído víctimas del hechizo de Raye. Ella los controla por completo. Los miré a mis amigos desde donde estaba tirada en el suelo. Ya estaban en sus formas de lobo, destrozando completamente sus vestidos. ¿Cómo diablos se supone que los libere del control incluso cuando ellos no quieren ser liberados? Tag'arkh me ayudó a levantarme del suelo y juntos los miramos a ellos, donde estaban gruñéndonos.
—¿Qué hacemos? —le pregunté a Tag'arkh.
—No tenemos más opción que luchar hasta la muerte.
—¿Qué? —me volví a mirar a Tag'arkh con incredulidad—. No puedo creer seriamente que dirías eso, ¡esos son nuestros amigos, no podemos luchar hasta la muerte! —la regañé.
—En caso de que te lo hayas perdido, amor, en esta situación, ¡o matas o te matan! Están bajo el hechizo del lamiai, nos matarán sin ninguna vacilación —Tag'arkh me lo dijo y Yasmin gruñó como si estuviera de acuerdo.