Mi risa no tenía humor en ella mientras miraba a Azar. —Si me extrañas tanto por qué no vienes en tu forma física? ¿Por qué usar magia?
Azar sonrió como si estuviera complacido. —¿Por qué ratoncito pequeño? ¿También me extrañas?
—No. —Respondí sin expresión—. Solo dije eso para poder finalmente enredar mi hoja dentro de tus entrañas y cubrir mis manos con tu sangre. —Le gruñí.
Azar levantó una ceja para reírse de mí. —Tu actitud y la forma en que me insultas es una de las razones por las que me gustas. ¿Sabes que pone mi sangre a mil?
Resistí el impulso de vomitar por todo el campo de entrenamiento y en lugar de eso, me fulminé a Azar.
—¿En serio Azar por qué estás aquí? Si sabes que no te mostrarás en forma física, ¿por qué vienes aquí?
—Porque cuando venga en mi forma física, tengo la intención de llevarte a ser mía. —Declaró Azar.
Ahogué un suspiro. —Sí, estás delirando.
—¿De verdad? —Azar me preguntó mientras se recostaba contra la pared.