"Saqué agua fría del lago y la usé para lavarme la cara. Ya era el amanecer y yo estaba en los bosques siguiendo a Iván. Pasé la noche en los bosques con Azul pero estuve despierto al primer rayo de luz. Si quería acercarme a Iván, necesitaba viajar rápido para no perderlo. Rápidamente me lavé la cara y la boca, tendría que conformarme con esto e ir a ducharme correctamente cuando regrese al castillo.
Sentía que me observaban mientras me lavaba. Me di la vuelta para encontrar a Azul mirándome con una mirada fija. Rodé los ojos hacia él mientras volvía al lago y continuaba lavándome. —¿Qué?
—¡Nada! No hay absolutamente nada malo en que nos arrastres de la comodidad de nuestro hogar a los bosques —respondió Azul.
Negué con la cabeza. —Deja de quejarte, no es como si no hubieras vivido en los bosques toda tu vida.