—¿De verdad? No creo que sean baratas en absoluto. Al menos dependen de sus propias habilidades para ganarse la vida —refutó Lila con calma—. Sharla, necesitas recordar, la razón por la que no regreso a la casa de los Tang es porque estoy siendo generosa. No es porque te deba algo.
—De ahora en adelante, no actúes como si tuvieras el derecho de decirme qué hacer. Tengo la libertad de hacer lo que quiero hacer.
—Sharla estaba un poco atónita. Nunca esperó que Lila mostrara su temperamento y se defendiera contra ella...
—Si vuelvo a la casa de los Tang, depende de mí. Te di una condición simplemente por cortesía. No te lo tomes demasiado en serio.
—Ya has estado casada durante 3 años, y aún no has tenido un hijo. Debe ser porque estás demasiado ocupada con los asuntos de otras personas. Deberías concentrarte primero en ti misma. Si no tienes nada más de qué hablar conmigo, me voy a ir... La próxima vez, no me llames por pequeñeces como esta. Sólo vine hoy por el abuelo.