Cuando me despierto a la mañana siguiente, me encuentro con dos preciosos ojos azules que me están mirando. Parecen gemas preciosas. Su cuerpo acostado a mi lado. Inclinado hacía mí. Su brazo apoyado en mi pecho. Su rostro a apenas unos centímetros del mío.
–Buenos días, dormilón– me susurra una voz seductora.
–Buenos días, mi amor– le respondo.
Se sonroja. No es la primera vez, pero aún no se ha acostumbrado. Yo también noto mis mejillas ligeramente ardientes. Nos besamos. Con suavidad. Con dulzura.
No hace tanto que esas palabras eran tabú para nosotros. Para los esclavos. Hoy es la primera vez que me despierto en mi habitación. Sin la obligación de hacer nada más que sentir el calor de su piel. Y de llevarla a la etapa nueve.
Han decidido dormir conmigo un día cada una. Shi ha sido la primera. Es como un sueño hecho realidad. No me importaría quedarme así para siempre.
Pronto los besos se intensifican. Nuestras lenguas se entrelazan. Shi se coloca sobre mí. Sus caderas provocándome.
Me incorporo y la beso. La abrazo. Me muevo con suavidad. Empujándola hacia la cama. Ayer ya tuvo la iniciativa. Hoy me toca a mí.
Sus piernas se cruzan tras mi espalda. Atrapándome. No dejándome marchar. Sus pechos reciben el acoso de mis manos. Sus labios, el acoso de los míos. Su vagina, es penetrada con movimientos largos, aunque no agresivos.
Cada embestida llega hasta al fondo. Poco a poco. Saboreando toda la extensión de su interior. Igual que saboreo su lengua y su cuerpo.
Tenemos sexo sin prisa. Con pausa. Con delicadeza. Pero eso no puede decirse de las otras. Ya tendrán su oportunidad. Hoy es de Shi. Y también su oportunidad de conspirar junto a mí.
Las llamo una a una. Todas son atacadas por mí y por Shi. Dominadas por los dos.
A Song le succiona los pechos mientras yo la penetro. Ignoramos sus quejas. Sus amenazas. Sobre todo a Shi.
A Liang, la follo por detrás. Ella de rodillas. Su cuerpo levantado. Sus pezones siendo atacados por Shi y por mí. Sus amenazas son silenciosas. Sus gemidos no.
A Lang le toca como a Shi. Y también a Wan. Las dos avergonzadas. Aunque Wan aún más.
A las gemelas les toca como a Liang. Yu más tímida al principio. Yi amenazando a Shi con represalias. Las dos entregadas al final.
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Ayer estuvimos todos hablando un buen rato. Wan preparará una pomada para anestesiar la zona. Y esperaremos a que Song suba de nivel, que no queda mucho. Mientras, practicaré un poco más con Rong.
Además, ayer se abrieron algunos de los huevos de salamandra que habíamos traído. Son larvas. Muy diferentes a salamandras adultas. Parece que pueden comer carne. Y que les gusta estar en el agua. Veremos si crecen.
Luego follaré a Rui, Rong y Ning. Primero, hay cosas por hacer.
Shi me ayuda a vestirme. Entre risas. Me resulta extraño. Luego voy a reservar sitio para la charla. Se hace si hay suficiente gente. Y parece que acabo de completarlo. Será mañana. Hay que decir que con ayuda. Bei Lu y Bi Lang me han acompañado y apuntado. No cuesta mucho. He prometido "pagarles" otro día. Por ahora, solo he tenido tiempo para besarlas y meterles mano. Y que me la metieran a mí.
Luego me voy a hacer copias de manuales. Es fácil hacer dos páginas de la etapa uno. Eso me da derecho a hacer una de las dos. No tiene mucha dificultad. Es como la anterior. Pero se necesita más qi. Comprender que es tener tres meridianos abiertos. Pan comido para alguien en el reino de Alma. Para alguien que ha hecho muchas páginas de nivel uno.
Completar una de la etapa dos me da derecho a seguir haciendo de esa etapa. Pero tres es el límite de páginas que me dejan hacer hoy. He logrado 20000 puntos con esas tres páginas. Compruebo luego que debo 76837 puntos. En unos pocos días, lo habré devuelto. Supongo que los destrozos en mi huida no fueron muy graves. O que aquí pagan muy bien.
Pronto podré sacar algunos manuales. Los precios son bajos al principio. 10000 puntos para uno de Génesis. Para el reino de Alma, 50000 los más sencillos. Pronto debería conseguir más de esos puntos diariamente. Por lo que he visto, llegar a copiar hasta la etapa nueve no debería ser difícil. Pasar a los del reino de Alma puede costar más.
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Cuando vuelvo, hay dos estudiantes esperando frente a mi puerta. Parecen nerviosos. Uno de ellos me descubre acercándome. Le da un codazo al otro. Los dos me miran. Son Tan Bolin y su amigo. No esperaba ver al novio de Fen Huan. Los que me obligaron a esconderme para subir al reino del alma.
No sé que querrán. No parece que quieran pelea. Pero no puedo estar seguro. Me los quedo mirando mientras me acerco. Me reciben con una reverencia.
–Hola… Yo… Nosotros… Nos queríamos disculpar– empieza el amigo.
–Todo fue culpa mía. Tenía celos. Y no entendía que… nosotros… Que en realidad solo estábamos reprimidos. Sin ti, nunca lo hubiéramos sabido…– sigue Tan Bolin.
La verdad es que no entiendo nada. ¿De qué están hablando? Da igual, prefiero no tener problemas. Si no me van a molestar más, mejor. Pero no sé si podré follarme a Fen Huan sin problemas. Si ella querrá. Si ellos no molestarán. ¿Quizás me tienen miedo porque estoy por encima de ellos en cultivación? Probablemente. Aunque, ahora que me fijo, Tan Bolin tiene un par de morados.
–Gracias a que nos encerraste, nos dimos cuentas de los sentimientos entre nosotros– dice el amigo, mirando a Tan Bolin con deseo.
–No sé cómo, pero nuestra pasión se desató. Entendí que no podía estar con Huan'er
Oh, vaya, eso no lo esperaba. ¿Así que el afrodisíaco desató su naturaleza deprimida o algo así? Prefiero no saber más. No quiero imaginarlo. Aunque es bueno para mí. ¿Puedo asumir que Fen Huan está libre?
–Sabemos que hicimos mal, esperamos que puedas perdonarnos– suplica el amigo.
Suspiro. Sinceramente, prefiero no verme envuelto en nada más.
–Está bien. Queda olvidado.
Ellos se abrazan. Se besan. Deberían ir con cuidado. A mí me da igual, no es asunto mío. Pero hay algunos extremistas en la secta. Nos les gustan las relaciones del mismo sexo. Y se creen con el derecho de imponer su criterio. Como sea, no es mi problema.
De repente, me vuelven a mirar. Suplicantes. ¿Y ahora qué quieren?
–¿Podría pedirte un favor? Si ves a Huan'er, ¿podrías decírselo por nosotros?– prácticamente me implora.
–¿Y no se lo puedes decir tú?– le pregunto, extrañado.
–Bueno, la última vez, cuando se enteró de lo que hicimos contigo… Puede ser muy violenta si se enfada…– me explica con una mueca resignada, y señalando alguno de sus morados.
En serio… ¿Por qué tengo que meterme en sus problemas? Aunque, pensándolo bien, puede ser una excusa para verla. Quizás me sirva para tenerla para mí. Está en la etapa dos. Me iría bien. Y es sexy.
–No os prometo nada. Si la veo, se lo diré. Pero no me responsabilizo de lo que ella pueda hacer.
–¡Gracias! ¡Muchas Gracias! ¡De verdad te lo agradecemos!
Los dos hacen muchas reverencias antes de irse. No sé qué pensar. Debería odiarlos por lo que querían hacerme. Pero no puedo hacerlo. Prefiero no pensar más en ellos. Simplemente, entro.
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Con la ayuda de Rui, ato de nuevo a Rong. Compruebo sus pechos y su culo. Parece que ya no están tan tensos. Debe haber obedecido y usado qi en ellos. Me mira aterrada.
–Parece que te has portado mejor. Pero aún mereces una lección. No te dolerá tanto– declaro.
Ella traga saliva. Le pongo en la pierna una pomada que ha hecho Wan. Luego la penetro. Rui se había encargado de que estuviera mojada. Pruebo en la zona con pomada. Parece que no le duele mucho. Lo mismo en otra zona la hace apretar los dientes con fuerza. Bien. Aumento sus pechos un poco más. Y su culo. Y reduzco ligeramente su nariz. Y aumento sus pómulos. Para probar. Inspirándome en lo que parece que se encuentra más atractivo entre los estudiantes. Aunque solo un poco, por ahora.
Luego, sigo practicando en la zona anestesiada. Ganando precisión. Hasta que su yin se agota. Así que simplemente me la follo. La dejo llegar al orgasmo un par de veces antes de llenarla.
–Vuelve a pasar qi por el pecho, culo y las zonas doloridas. También por la cara– le ordeno.
Ella asiente. Parece aliviada de que no haya sido como ayer. Pero podría repetirlo si no obedece. Puedo sentir su miedo.
Luego les toca a Rui y Ning. Ya que la mesa está preparada, también las ato. Y las follo analmente. Una de cara. Otra de espalda. Las dos rendidas al placer. Rendidas a mí. Por ahora, no les cambio el cuerpo. Ni practico con ellas. Solo disfruto de tenerlas para mí.
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Me paso por la zona de esclavos. Veo que Ai tiene que cortar madera por la tarde. Sin duda, vendrá a verme. Me aseguraré de estar. Luego salgo por la entrada de la secta. Es la primera vez que lo hago como un hombre libre. Antes, lo había hecho como esclavo. Para hacer recados. Sobre todo en la ciudad. Quizás la visite otro día.
Hoy quiero ver la zona que hay entre la secta y la ciudad. Es una zona libre. No está bajo el control directo de la secta. Pero tiene su influencia.
Paso por delante del prostíbulo. Algunas estudiantes venden su cuerpo. Dicen que alguna maestre. Muchas ocultan su rostro. También hay prostitutas mortales. Pero las estudiantes son las más valoradas. Más cuanto más alto sea su nivel. No es que el sexo sea mejor, pero lo es el ego. El de poseer a alguien más allá de tu nivel. De todas formas, no estoy aquí por eso.
Llego al mercado. O así se lo llama. Básicamente, estudiantes con puestos más o menos sofisticados. Y otros mercaderes de la ciudad. Algunos frente a una manta, exponiendo sus artículos. Otros con estantes de madera. Fijos o móviles. Se vende y compra de todo. Se puede intercambiar o comerciar con puntos o con oro.
Aquí está lo que no se quiere vender directamente a la secta. Ya sea por querer un mayor precio o por temer desvelar su origen.
Mis intereses son dos. El primero, las pieles. Me acerco a un puesto. Su estado es algo peor al de las mías. El precio, un poco más de la mitad de lo que paga la secta. Por ahora no tengo prisa. Veremos si puedo obtener mejores precios.
Hay un par más de puestos vendiendo pieles, huesos, carne, colmillos u otras partes de bestias de varios niveles. Y varios compradores regateando. Saben que los vendedores quieren deshacerse de ellos. Y se aprovechan. No será fácil sacar un buen precio aquí.
Mi otro objetivo son hierbas y otros útiles para alquimia. Otro día vendré con Wan. Aunque tendríamos que disfrazarla. Ya veremos. Por ahora, quiero ver cómo son los precios. Sin duda, algo más baratos que en la secta. Aunque no tienes las garantías de calidad. Y podrían engañarte.
–Te doy 10000 puntos por estas hierbas– dice una voz.
–El precio es de 45000. No regateo– responde otra.
–¿No sabes quién soy?– le amenaza la primera voz.
–No importa quien seas. El precio es el mismo.
–Maldita gorda repulsiva. Deberías sentirte honrada de hacer un favor a nuestro jefe– dice otra voz que está con la primera.
Pero la vendedora lo ignora. Puede que estemos fuera de la secta, pero nadie se atreve a empezar una pelea aquí. Si no, nadie haría negocios. Así que está vigilado. Un par de figuras se han acercado al lugar. Ocultos en capuchas y capas. Supongo que deben de ser los vigilantes.
Es una escena típica. El jefe de una pandilla que se cree el rey del mundo. Que tiene algo de poder y se cree que puede imponerse a todos. Los esclavos los sufrimos a menudo. Sufren. No tardan en mascullar entre sí e irse. Parece que se han dado cuenta de los vigilantes.
Me acerco al puesto a preguntar. Las hierbas parecen frescas. Y bien precintadas. Aunque no soy un experto. Quien las vigila es una estudiante. Está en nivel seis de alma. Parece acostumbrada a estos problemas. No se ha inmutado.
Es extraño que esté gorda. A su nivel, podría perfectamente controlar su cuerpo e ir bajando de peso. Alguna razón tendrá. Y no es asunto mío.
Su nariz es algo alargada. Sus cejas grandes. Su cabeza redondeada. Su peinado sencillo, no muy cuidado. No lleva maquillaje. No parece preocupare mucho de su aspecto. A diferencia de la mayoría de estudiantes. Al igual que muchas esclavas. Es probable que otros la consideren fea. A mí no me parece una "gorda repulsiva". Tiene su encanto. No me importaría follarla. ¿Quizás es cierto que soy un pervertido?
A diferencia del anterior, me trata con amabilidad. Responde a mis preguntas sobre precios. O si puede conseguir otras hierbas si se las pido. Incluso asegura la calidad. A pesar de que le he dicho que hoy no voy a comprar. Supongo que es la actitud de una comerciante profesional cuando no se la amenaza.
Se llama Gan Ren. Me cae bien. Parece de confianza. Si los precios no son malos, podría comprarle. Sin embargo, me temo que va a costar muchos puntos. Por ahora, Wan aún tiene suficientes hierbas. Pero al ritmo que va, se le acabaran en unas semanas. Y si queremos que pueda seguir practicando, necesitamos mucho más que los que gano en la copistería. Ya pensaremos que hacer.
La verdad es que hay de todo. Armas, píldoras, ingredientes varios, piedras de qi, materiales… Se dice que también pueden encontrarse manuales. Aunque no están expuestos. Podrían tener problemas con la secta. De todas formas, nada es de demasiada calidad. Lo más que puede llegar es al nivel del reino del cuerpo. Y nada excepcional.
Para obtener algo mejor, hay que ir a través de la secta. O a alguna de las subastas oficiales. No puedo aspirar a tanto. Los precios son excesivos. ¿Quizás en el futuro? Aunque quizás si pueda obtener algunas cosas de la secta. Al menos un bastón. Cuando tenga puntos.