Ethan Smith y Paige no pensaron mucho en ello. Él tomó la iniciativa, cogió un cuenco y palillos y se sirvió un cuenco de sopa por sí mismo.
El Señor Lipsey permaneció en silencio, pero había estado haciendo cálculos en su corazón desde hace tiempo y apenas podía ocultar sus pensamientos.
Después de terminar el cuenco de sopa, Ethan Smith rápidamente se dio cuenta de que algo iba mal.
Todo su cuerpo estaba irradiando un calor intenso, y se sentía insoportablemente caliente.
En cuanto a Paige a su lado, su condición era incluso peor. Su cara estaba roja como una manzana madura.
—¿Está funcionando tan rápido? —El Señor Lipsey no pudo evitar sorprenderse.
Esta píldora fue obtenida especialmente de un alquimista, y él originalmente pensó que tomaría algo de tiempo para hacer efecto, pero ya había empezado a actuar tan rápidamente.
—No importa él, deshagámonos de este niño primero —El Señor Lipsey pensó para sí mismo.
Luego miró a Ethan Smith y dijo con una sonrisa: