Mientras bajaba las escaleras, sentía el suave susurro de mi vestido de cóctel rozando los escalones de madera pulidos. Había pasado horas preparándome para este momento: aplicando cuidadosamente maquillaje, rizando mi cabello y eligiendo el vestido perfecto, todo para impresionar a Lucas, quien me esperaba al pie de la escalera.
Levantó la mirada cuando me acerqué, una lenta sonrisa se extendió por su rostro. —Te ves deslumbrante —dijo, sus ojos bebiendo la vista de mí—. Absolutamente impresionante.
No pude evitar sonrojarme ante sus palabras, sintiendo una oleada de emoción y anticipación que me llenaba. —Gracias —murmuré.
Lucas tomó mi mano y me llevó hacia la puerta. Su tacto me enviaba escalofríos por la columna vertebral. —¿Estás lista para ir? —preguntó, su voz baja y ronca.
Asentí, sintiendo un súbito estallido de confianza. Este era el momento que había estado esperando. Con Lucas a mi lado, sabía que cualquier cosa era posible.