"Aria miró un pequeño ataúd con flores frescas encima. Una sonrisa desdeñosa se dibujó en sus labios cuando leyó el nombre.
—Crystal Nera Nortern
Este pequeño ataúd era donde descansaba para siempre la primera hija de Iris y Cane. Aria leyó las palabras y sus ojos parpadearon con malicia.
Este era el bebé de Iris y Cane. Ella no podía aceptar el hecho de que los dos tuvieran su propio bebé. ¡No merecían ninguna forma de felicidad en absoluto!
Aria tomó la flor y la tiró al suelo, mientras la pisaba, sus ojos se llenaron de rabia y respiraba pesadamente cuando miró fijamente el pequeño ataúd.
—Quemen este lugar —dijo Aria—. Quemen este lugar y destrúyanlo, con eso Cane saldrá corriendo de la manada —dijo fríamente y luego se fue.
Pero, sus ojos se toparon con otro ataúd, donde vio un nombre muy familiar. Era su antigua Señorita, Leane, la compañera destinada de Cane. Alguien, que debía pasar el resto de su vida con él.