Sunny soñaba con una puerta titánica que estaba completamente abierta, algo ilimitado y completamente extraño se escondía en la oscuridad de su colosal boca. Era una araña con una pata cortada, arrastrándose mientras cadenas rotas caían al suelo a su alrededor.
Su mente estaba consumida por el terror, mientras que su corazón…
Su corazón estaba lleno de un sentimiento frío, amargo de traición y arrepentimiento.
—Escapar… Debo escapar…
Sunny empujaba su pequeño cuerpo a través del piso de piedra. Había hermosas telarañas que velaban el vasto salón del templo, sus hilos de seda tejidos en un tapiz grandioso. Una chispa voló, y un momento después, las telarañas se envolvieron en fuego.
Desaparecieron en un instante, dejando detrás solo nubes de humo acre que oscurecían el mundo entero.
Al menos ya no podía ver la aterradora puerta.