—Este fue el último secreto sobre el destino de la expedición perdida que Cassie había obtenido de sus visiones. Pero incluso entonces, el conocimiento que había recibido era fragmentado e incompleto.
—Todo lo que podía decir a los miembros de la cohorte era que, una vez cruzaran el río oscuro y hasta llegar al siguiente límite, tenían que mantener los ojos cerrados a toda costa, sin importar lo que sucediera. Ningún ser vivo podía ver lo que se encontraba más allá de estas aguas frías y permanecer... completo.
—Al menos eso fue lo que les dijo.
—Cassie realmente no sabía qué sucedería si alguien no seguía esa regla, pero dijo que nunca había sentido más terror que en el corto momento antes de que la visión que le mostraba el destino de la expedición perdida se desmoronara y todo se oscureciera.
—Esto decía mucho, teniendo en cuenta los tipos de horrores que la chica ciega veía habitualmente en su visión.
—...En cualquier caso, aquí es donde entró Sunny.