Nephis la miró durante unos momentos, luego giró la cabeza hacia Cassie y dijo:
—Síguenos detrás.
Los tres se acercaron cautelosamente a la entrada de la torre y se detuvieron allí, sin saber cómo debían proceder.
En sus mentes, había dos desenlaces para esta situación inesperada.
Uno, la misteriosa joven resultaría ser una Despierta local. En ese caso, todos sus problemas estarían resueltos. Si un Despierto se encontraba con un grupo de Durmientes en los confines del Reino de los Sueños, era costumbre guiarlos a la Ciudadela humana más cercana.
Por supuesto, había excepciones, pero en general, los Despiertos se esforzaban por cuidar a los Durmientes, en esta tierra alienígena, los humanos tenían que unirse. No era solo una obligación moral, sino también en su propio interés.
Dos, la extraña resultaría ser una Criatura de la Pesadilla. En ese caso, tendrían una dura pelea. Como se desconocía el rango y la clase del enemigo, era imposible predecir el resultado.