—Adelante —La voz acogedora de Jasper le permitió entrar.
Samuel empujó la puerta y entró, su semblante sombrío. Jasper levantó la vista desde detrás de su escritorio, sorprendido por la visita inesperada de Samuel.
—¡Samuel! ¿Qué te trae por aquí? —Jasper preguntó, haciendo un gesto para que se sentara.
Samuel se sentó frente a él y preguntó:
—¿Cómo te sientes ahora?
—Estoy bien. Ya no hay dolor —respondió Jasper, una leve sonrisa adornando sus labios.
Pero el comportamiento de Samuel permaneció inalterado. Sacando su teléfono del bolsillo, le presentó las imágenes a Jasper, una gravedad flotando en el aire mientras revelaba lo que lo había inquietado.