El cuerpo de Ella finalmente se negó a moverse más, su pecho se movía rápidamente. Se apoyó en una pared cercana, sus ojos cerrados mientras inhalaba profundamente. Enterró su cara en sus manos y lloró, sus hombros temblando por la fuerza de sus sollozos. No sabía cómo recogería los pedazos de su vida destrozada.
El peso de las acusaciones de Sophia pesaba mucho en su mente. La palabra 'amante' resonaba sin cesar en sus pensamientos, un doloroso recordatorio de las decisiones que había tomado. Su turbulencia interna era insoportable mientras lidiaba con la culpa, el arrepentimiento y el desprecio propio.
La mente de Ella era un torbellino de pensamientos contradictorios. No podía conciliar sus acciones con la persona que creía ser. La imagen de sí misma como 'la otra mujer' le parecía ajena y repugnante.