—Los ojos de Pablo se abrieron de sorpresa al ver a su jefe salir del coche —pensó que podría engañar a Jasper y atraparlo. Pero fue él quien cayó justo en el plan maestro de Jasper. Quedó claro que Jasper se había aliado con él.
Pablo se dio cuenta demasiado tarde. Su sorpresa rápidamente se convirtió en furia ardiente. Vio que la atención de Jasper estaba momentáneamente distraída. Sin perder un segundo, sacó su pistola.
—¡Jasper, sé que te estás vengando de mí por esa perra! ¡Te mataré! —gritó Pablo, su voz resonando en el aire nocturno. Apretó el gatillo.
Jasper reaccionó rápidamente, esquivando la bala por un pelo. Sin embargo, la bala aún rozó su hombro derecho al fallar su cabeza, dejando un rastro de sangre detrás. El sonido del disparo retumbó en la atmósfera, causando que todos se congelaran en sus lugares.