"El chico de la sala soltó su agarre en sus manos, y los brazos de Britney cayeron flojamente sobre la cama, con sus dedos esparcidos torpemente.
—Necesito hacerle más pruebas —declaró Anastasia, su voz sonaba autoritaria—. Llama a la enfermera para que la prepare.
El hombre asintió en conformidad antes de salir de la habitación para hacer los preparativos necesarios.
Anastasia lo miró a la espalda mientras sacaba otra jeringa del bolsillo de su bata blanca. Con un movimiento rápido y preciso, inyectó la droga en la vena de Britney, sus movimientos eran silenciosos y mortales. Cuando terminó, sacó la jeringa y la volvió a introducir en el bolsillo.
Anastasia dejó la sala a toda prisa. Sus pasos resonaban por el pasillo mientras se dirigía a su cabaña, su sentido de urgencia era palpable en sus movimientos. Sus pensamientos eran un torbellino de cálculos y decisiones mientras navegaba por los pasillos del hospital.
—Dra. Anastasia… —Una enfermera corrió hacia ella—. Alguien está…