—No me mires así. Sé que no soy bueno cocinando, pero puedo hervir fideos y freír huevos, ¿está bien?
Se rió de sus propias palabras.
Cristóbal quería hacer algo especial para ella, para demostrarle cuánto se preocupaba por ella. Sin embargo, no era un gran cocinero y tenía dificultades para pensar en ideas para un plato. Después de pensarlo un poco, decidió hacer espaguetis.
Cristóbal había ido al supermercado y compró todos los ingredientes necesarios. Esperaba que este intento suyo le sacara una sonrisa en la cara.
Mientras Abigail seguía intentando procesar cómo iba a cocinar, él ya había empezado a cortar las verduras. Luchó y casi se cortó el dedo, pero logró cortar las verduras.
Abigail quería ir y ayudarlo, pero por alguna razón, no lo hizo. No era por sus dudas sobre él, sino porque le gustaba verlo trabajar en la cocina. Era la escena más inusual que había presenciado. Además, su cuidado la hacía sentir especial y quería disfrutarlo.