"Jasper llegó al hotel justo cuando el sol se estaba poniendo. Quedó algo sorprendido al notar la oscuridad de la habitación. Parecía como si nadie hubiera permanecido allí jamás. La única fuente de luz en la habitación era una lámpara encima de un escritorio en el rincón más alejado de la sala.
Sebastián estaba sentado en su silla, con la mirada fija en algo en el suelo. Parecía deprimido.
Jasper siempre le había visto como un hombre animado, lleno de un aura vibrante y autoritaria. Se preguntaba qué le había perturbado tanto como para hacerle cancelar una reunión tan importante y ocultarse en la oscuridad.
—Sr. Hubbard —llamó, su voz era suave pero aún se oía fuerte en la silenciosa habitación.
Sebastián levantó la cabeza y cruzó su mirada. Solo había dolor en sus ojos.
—Siéntate. —Hizo un gesto en dirección a la silla frente a él.
—Gracias —Jasper tomó asiento. Su mente estaba inundada de preguntas. No hizo ninguna, sin embargo, porque esperaba que él dijera algo primero.