Tom tenía una sonrisa en su rostro mientras intentaba imaginar el rubor que sabía estaría en la cara de Lucy al leer su mensaje de texto. Aunque sabía que estaba siendo travieso, no pudo dejar pasar la oportunidad de molestarla un poco. Después de todo, había sido ella quien había sacado a colación toda la conversación sobre el sexo esa mañana.
Salió del coche y se dirigió al edificio, decidiendo pasar por su oficina para devolverle su llave y también ver qué estaba haciendo, si estaba prestando atención a su trabajo o si estaba distraída por sus mensajes. Sus pasos vacilaron cuando vio a Anita salir del edificio. ¿Qué hacía aquí de nuevo? ¿Tenía otra reunión con Harry? Tom se lo preguntó mientras la miraba con una expresión en blanco mientras ella sonreía acercándose a él.
—¡Buenos días, Tom! Nos encontramos de nuevo —dijo ella con una sonrisa alegre.