Se sentía tan refrescante limpiarme y el agua caliente era muy reconfortante, pero no podía pasar todo el día aquí aunque quisiera. Lavándome el jabón, empecé a secarme con una toalla limpia que encontré. Me sorprendió la cantidad de moretones que encontré en mi cuerpo mientras me secaba. Debo tener un aspecto terrible, pensé.
Una vez que estuve seco, busqué algo para ponerme, pero no había nada. Eso significaba que tenía que salir con solo una toalla. No quería que Lucian viera mi cuerpo magullado y le causara aún más culpa, pero como no tenía otra opción, salí del baño y entré a la cámara.
Allí encontré a Lucian caminar de un lado a otro, luciendo perturbado y en pensamientos profundos que ni siquiera notó mi presencia.
—Lucian. —Lo llamé con cuidado.
Lucian se detuvo en seco y giró lentamente. Sus ojos se abrieron de par en par sorprendidos.
—No podía volver a ponerme la ropa sucia —dije, explicando por qué estaba medio desnudo.