Cuando Quinn decidió ir al decimocuarto castillo, esperaba encontrar algunos secretos. Ya sea libros de habilidades o tal vez aprender más sobre la sombra. Lo que no esperaba era encontrar un trono hecho de puros cristales de sangre y, al sentarse en él, recibir un título.
—¿Líder de los Castigadores?— Quinn lo leyó en su mente. Estaba claro lo que significaba el título, pero desafortunadamente, Quinn no podía ver los detalles del título ni qué efectos traería. Parecía que el sistema quería que aceptara o rechazara la oferta en ese mismo momento.
Los títulos eran cosas muy poderosas, que otorgaban ciertos beneficios al pelear y también otras cosas. Permitiéndole ganar puntos de reputación e incluso construir las torres en el décimo castillo, pero esto fue lo que le hizo dudar con la decisión.
—Si elijo aceptar este título, ¿se deshace del decimoprimer título?—