—Cálmate, Christian —le recordó Clement—. Preocupado de que Christian pudiera desmoronarse emocionalmente.
—Esto era un asunto que concernía a su seguridad.
—Al escuchar la voz de Clement, Christian bajó la mirada y le lanzó una mirada iracunda.
—¿Si no hubiera sido atrapado, estaría Christian en un estado tan patético?
—¡Cállate! —Christian rugió de vuelta.
—Las palabras de Christian ofendieron a Clement.
—¿A qué te refieres? —Clement habló duramente—. Tú fuiste el que me aseguraste que habías hecho los arreglos adecuados para sacarme a salvo.
—Y mientras estaba en tu estacionamiento, dentro de tu territorio, me atraparon.
—¿Realmente me estás gritando?
—Christian estaba furioso, pero una vez más se contuvo mientras razonaba:
— Conocías los asuntos entre tú y Michael Lucas y sabías que él había estado buscándote por todo el mundo.
—¡Y sin embargo, te enviaste a tocar a su puerta y a traer todos estos problemas a ti mismo!