Yonina no era tonta. Conocía los sentimientos de Michael hacia ella.
En el banquete la última vez, ya pudo notar que Michael trataba a esa Corrine de manera muy diferente que a los demás.
Independientemente de si Corrine era Wendy o no, Michael parecía haber concentrado toda su atención en ella sola. Pero tenía otras razones para estar aquí.
—Tía Winnie, ¿vine en un mal momento? —Yonina tenía una expresión confusa y ligeramente afligida en su rostro mientras se volvía para mirar a Winnie.
—¡Tonterías! Fui yo quien te invitó aquí, ¡así que cualquier momento es bueno para venir! —Winnie le dio una palmadita en la mano a Yonina mientras miraba enojada a Michael—. Michael, fui yo quien la invitó aquí. No puedes echarle, ¿verdad?
Michael suspiró frustrado.
Se frotó las sienes y dijo:
—Mamá, ¿puedes dejar de entrometerte en mis asuntos?
—¿Qué quieres decir? —Winnie se dio la vuelta—. ¿Quieres decir que tu madre no tiene derecho a invitar a alguien a casa?