"En la mansión de la familia Parker en la Ciudad Real, Teodor se asustó mientras se preparaba para salir de su casa. Una vista lo saludó que aceleró su corazón, una docena o más de guardias reales habían aparecido de la nada, completamente armados y bloqueando la puerta principal. Sus ojos llevaban una intensidad inquietante como si estuvieran listos para atacar su casa.
—¡Santo cielo! ¿Está el reino bajo ataque o algo así? —murmuró Teodor, deteniendo bruscamente sus pasos antes de llegar a su coche.
Se quedó allí, mirando a los ojos a su jefe de seguridad de la casa, que se acercó a él. La expresión angustiada del hombre hizo que Teodor creyera que algo terrible había sucedido.
—Joven maestro... Joven maestro... —jadeó el jefe de la guardia, deteniéndose a pocos pasos de Teodor como si le costara recuperar el aliento, como si su pecho estuviera presionado por el shock.
—¿Qué demonios está pasando aquí? —exigió impacientemente Teodor mientras esperaba que la guardia se explicara.