Al día siguiente, el día del funeral.
Escarlata se encontraba en la entrada del gran salón, su corazón pesado de dolor mientras se preparaba para recibir a los dolientes que habían venido a rendir tributo a su difunto padre, Jonathan Piers.
La sala estaba llena de rostros sombríos y susurros apagados, un testimonio del impacto de su padre en su negocio y en la vida de quienes lo rodeaban.
Como CEO del Grupo Ocean, Jonathan Piers construyó la empresa con su madre desde cero. Esto le valió no solo el éxito sino también el respeto de sus colegas y empleados. Hoy, sus logros e influencia se reflejan en los numerosos dolientes que se reunieron para despedirse de él.
Aunque no estaba directamente involucrada con la empresa, Escarlata pudo reconocer caras conocidas de los asociados comerciales, socios y empleados de su padre.