—¿¡Jeslyn qué estúpido juego te estás jugando con nuestras vidas?!— Gritó Christine. Jeslyn la estaba volviendo loca.
—Ya te dije, si no quieres salir, puedes quedarte ahí adentro... Ah, antes de que se me olvide, el Código 5 aún no está despierto y sus hombres están muy enojados contigo. Una vez que me vaya, te lo prometo, entrarán aquí para destrozarte a ti y a tu hermana. Confía en mí, Christine, no podrás soportar la tortura.
Justo después de que Jeslyn terminó sus palabras, Emilee puso la espada contra su propio cuello, pero antes de que pudiera matarse, se escuchó la risa de Jeslyn.
—Mátate y ustedes dos mueren.—
Christine no quería morir. Apretó los dientes mientras las ideas pasaban por su mente. Matar a Emilee significaría que estaría libre y después de eso, podría vengarse de Jeslyn.
—Alfa Chaos, mimarla tanto resultará en que—
—¡Chunk!—