—Soy tu madre, así que eso me hace...
—Yo solo reconozco a una madre... Jeslyn —interrumpió Valen.
—Estoy embarazada de tu hermano. ¿No lo entiendes? ¿No tienes compasión por tu hermano?
Valen suspiró como si estuviera cansado de explicar lo mismo una y otra vez, así que lo simplificó. —No eres la primera en dar a luz fuera de la casa de tu pareja. Papá te encontrará una casa. Te enviará dinero y también te dará sirvientes para ayudarte con los problemas cotidianos hasta que des a luz. ¿Mi motivo es lo suficientemente claro ahora? —preguntó.
—¿Por qué me odias tanto?
Valen la miró como si fuera estúpida, —porque no me gustas. ¿No es obvio?
—No acepto eso. Estás mintiendo. ¡No puedes odiarme porque soy tu madre! ¡Te di a luz! ¡Así que no puedes detestarme, no puedes!
—¿Necesito tu permiso para odiarte? ¡Eres repugnante y no mereces ser mi madre! —Valen gritó y presionó el botón de su silla de ruedas para alejarse de ella.