Si Jeslyn hubiera hecho lo mismo que hizo con Vera, el chico habría olvidado hace mucho tiempo que alguna vez vivió en la Tierra.
—Quiero un caballito, me duelen las piernas —Jeslyn solo quería ponerlo a prueba. Pensó que preferiría llevarla en brazos como una novia en lugar de rebajarse frente a ella. Para su sorpresa, él se detuvo y se agachó para que ella se subiera a su espalda.
¡Esto era demasiado realista e irreal! No podía creer que Maverick, de todas las personas, fuera tan amoroso con su mujer. Jeslyn estaba feliz, tan feliz que su alegría se contagió a Maverick y él dejó de preocuparse por un rato.
—Mi dulce, estaría extremadamente feliz de tener a nuestro bebé, pero no ahora —ella besó su cabeza.