Sus pasos hicieron eco en los pasillos. El agua en su túnica lentamente caía en el suelo, dejando pequeños charcos de agua después de haber peleado contra Okaminaru en medio de las fuertes lluvias de Amegakure.
Se tambaleaba mientras caminaba. De lado a lado, su mirada no podía verse debido a que su cabello le cubría los ojos, pero aún así, una pequeña luz podía verse a través de su flequillo. Una X orgánica que se manifestaba en el centro de sus ojos, rodeado por una luz azul como el cielo, sangrienta de color rojo.
-Hace cinco minutos-
Toru reía, reía sin parar y Okaminaru solo observó esto en silencio. El pensó que, esto de alguna forma era extraño, algo que nunca podrá entender.
El no entendía lo que Toru estaba sintiendo, el no lograba entenderlo. ¿Por qué Toru reía de esa forma? Su risa era casi como la de alguien que ha perdido la cordura, una risa maníaca que intentaba ocultar algo.
Pero aunque esto preocupo a Okaminaru, decidió dejarlo de esa forma. Parecía que el duelo ha terminado en un empate, o eso es lo que Okaminaru piensa. Así que miró al cielo, hasta que lentamente la risa de Toru fue desapareciendo. Luego, regreso su mirada hacia su invocador, y frunció el ceño al no verlo frente a el. De pronto, una voz resonó en su oído.
"El duelo termina aquí"
Era Toru, quien ahora estaba a su lado, mirando al suelo mientras la lluvia seguía mojando su ropa.
Okaminaru entendió y asintió con la cabeza. Miró a Toru una última vez entendiendo que su misión ha terminado y se despidió.
"Entiendo… entonces… regresaré a la aldea. Hasta luego, Toru-dono" Desapareciendo envuelto en una nube de humo, dejando solo a Toru, quien se quedó en el mismo lugar, mirando al suelo durante unos minutos.
-En el presente-
Después de ese tiempo, Toru entró al edificio. Ni siquiera se molesto en saltar al observador o caminar por las paredes para llegar más rápido. Simplemente entró por la puerta y camino en silencio mientras subía las escaleras. Hasta que llegó a un pasillo largo que conectaba la habitación de reposo de los Pain con el observador donde Konan usualmente suele descansar.
Cuando se acercó al observador, levantó una ceja al ver a alguien ahí.
Konan observaba la lluvia en silencio como siempre, mientras la luz de la luna, que apenas pudo abrirse pasó entre las nubes, le tocaba el rostro.
"…"
Toru no lo había olvidado. Ella es su compañera de equipo, la cual abandono por unos días para irse con Kakuzu y Hidan. Aunque eso resultó bastante mal… un suceso trágico o un milagro esperado pasar. Tal vez eso hizo que la atmósfera de ese momento se tornará algo extraña.
Por lo que, sin importarle que Konan este en ese lugar, Toru camino hasta llegar al centro de la habitación grande y extendió la mano. Enseguida, una pequeña corriente de viento hizo que la capa de Toru se moviera, haciendo al mismo tiempo que el agua de su capa goteara mojando el suelo un poco.
Acto seguido, se sentó en el aire, como si algo invisible estuviera sosteniéndolo.
Konan se percató de eso, y al fin lo miró. Recordó brevemente lo que vio hace unos minutos y suspiró.
"Si te quedas con esa ropa mojada te enfermarás"
Con su mirada apagada, brillando debajo de su largo flequillo que le cubría un ojo entero, Toru miró a Konan y respondió enseguida: "No voy a enfermarme. Nunca en mi vida me enfermado. Nunca he pescado un resfriado, fiebre o tos. Así que no va a pasarme nada" Y se cruzó de brazos.
Bueno, Toru no mentía. El nunca se ha enfermando de ninguna clase de enfermedad conocida o desconocida. Incluso cuando era un bebé, nunca contrajo algún resfriado ni ninguna de esas cosas. Incluso Kyoko se preocupo por esto, ya que pensó que su hijo tenía alguna especie de problema, aunque esto resultó ser más beneficioso que perjudicial. Ni siquiera el sabe como esto es posible, ni siquiera una infección en sus heridas cuando pelea, algún resfriado cuando está metido de lleno en el frío por mucho tiempo. Absolutamente nada que diga que Toru es una persona "normal"
Como sea, esto hizo que ella negara con la cabeza mientras dejaba salir un suspiro pesado. Ella pensó por unos momentos. Toru es un chico bastante complicado. ¿Por qué? Pues hace un rato se reía como un maniático. ¿Se estaba burlando de Hidan y Kakuzu? ¿Qué es lo que significa esa risa tan espeluznante?
'Es tan… complicado' Hasta este momento, Konan siempre tuvo un ojo sobre este chico. Toru ha crecido tanto desde que se unió a Akatsuki que la diferencia física con el Toru de hace un año es bastante grande. Este chico ahora es bastante alto y, a diferencia del rostro ligeramente femenino que Toru solía tener hace un año, ahora este chico frente a ella se había convertido en un hombre. Su mirada se había vuelto aun más aguda, su forma de caminar, su forma de hablar que constantemente está cambiando, como si tuviera una personalidad inestable que cambia en acción de lo que pasa a su alrededor.
Aun en frente de ella, con esa mirada tan apagada desde que llego a Amegakure, el seguía con esa misma expresión, a veces cambiante, a veces tan neutral que pareciera no tener emociones. Asahi Toru es alguien complicado, pensó ella. Es difícil entenderlo a pesar de que debería ser fácil, pues ambos han sentido el verdadero dolor, pero parece que eso, afecta a las personas de forma distinta.
"¿Estas seguro de eso?" Konan regreso su mirada a la lluvia.
"Lo estoy"
Aunque en este momento Toru tiene un poco de frío. Vamos, que sea resistente no quiere decir que la temperatura de su cuerpo pueda mantenerse regulada.
De hecho, Konan lo vio tener un ligero escalofrío. Así que suspiro y se levantó de su asiento de papel y camino hacia Toru.
"Quítate la capa"
"¿Por qué?" Obviamente Toru se quedó confundido por esto, pero pronto recupero la compostura. Esto era algo que Konan hacia a veces. De hecho, el tiene aún la herida en el hombro que recibió después de hacer sido golpeado por el Kamui de Kakashi. Así que Konan también aprovecho esto.
Por lo que, obedeciendo después de ver la expresión sería de Konan, Toru se quito la capa y la tiro al suelo.
"¿Así esta bien?"
"Si"
Debajo de la túnica de Toru, estaba la ropa normal de un Shinobi. Bueno, Toru compro esta ropa recientemente, aunque nadie podía verlo ya que siempre tenía la capa encima. Tenía una camisa negra de mangas largas bastante ajustada al cuerpo, en cada una de sus muñecas, tenía atado un sello donde guardaba las dagas, kunais y ese tipo de cosas. El decido dejarse la bufanda después de quitarse la capa, aunque Konan se la quito ella misma.
"¿Qué vas a hacer?"
Konan no respondió y camino alrededor de Toru mirándole el cabello y la cara un par de veces.
"¿No te molesta?" Dijo Konan mientras sostenía el mechón de cabello que le cubría el ojo a Toru.
"No…"
"Debería"
Después de ver esto, Konan sacó un kunai de la manga de su túnica y miró a Toru, esperado una confirmación.
En respuesta a esto, Toru no dijo nada. El ya sabía lo que Konan iba a hacer y no le molestaba.
Así que, Konan procedió y, tomando el mechón de cabello con una mano, lo corto con el kunai en su mano sobrante. El largo mechón de cabello cayó al suelo y Toru solo suspiro y espero hasta que esto terminara.
'Ella… esta bastante cerca de mi…'
La corta distancia de ambos hizo que Toru se ponga pensativo otra ves. Mientras Konan caminaba a su alrededor, cortando aquí y allá, el vio como los pechos de esta mujer estaban tan cerca que sus ojos no podían evitar mirar.
Debido a que Konan estaba seca, el podía sentir su olor bastante bien. Ella olía a cierta flor cuyo nombre no puede recordar. Era una flor bastante frágil, con espinas que la protegen del peligro. Irónicamente, esa flor es una comparativa bastante acertada. Konan es como esa flor… frágil y amable, con espinas que la protegen del dolor.
"Es la primera vez que haces esto" Toru cerró los ojos y se relajó.
"Tampoco es que sea algo raro"
"No lo es. Solo pensé que esto era algo nuevo. Aunque pude haberlo hecho yo mismo"
"¿Entonces por qué no lo haces tú?" Konan suspiró y, aunque dijo eso, continuo cortando el cabello de Toru.
"Porque ya lo estas haciendo por mi" Abrió los ojos y la miro a la cara.
Konan tenía los ojos color ámbar, su cabello de color azul y la expresión de su rostro le recordaba a Toru su viejo "yo". No, Toru no ha cambiado nada desde su vida pasada. Sigue siendo igual de egoísta e hipócrita que siempre. Ni siquiera el puede darse cuenta de que la mayor parte del tiempo se la pasa huyendo de los problemas, escondiéndose detrás de su propio poder.
Sin embargo, el pensó mejor las cosas. Konan le cortaba el cabello y el le miraba el rostro. Esto era bastante relajante, tan tranquilo que hizo que Toru olvidara todo lo que había pasado en este día.
…
El viento podía sentirse y escucharse junto a la lluvia en una extraña mezcla de sonidos melancólica. Pequeños mechones de cabello caían uno tras otro delante de los ojos de Toru. El aroma de Konan podía sentirse bastante cerca para este chico.
Era una extraña sensación que nació en el interior de su corazón. Sin darse cuenta extendió su mano y tocó la mejilla de Konan.
Ella, al sentir la mano fría de Toru, perdió la concentración y por accidente le hizo una pequeña herida a Toru en la frente.
Ella rápidamente lo miró a los ojos, pero Toru no parecía sentir ningún dolor, es más, la expresión en su rostro era bastante relajada, una expresión más suave que de costumbre.
…
Konan no dijo nada, ya que Toru no reaccionó ante esto. Es por eso que ella simplemente sintió la fría mano de este chico en su mejilla, al mismo tiempo que la sangre en la frente de Toru se deslizaba por su frente, pasando por el lagrimal del ojo y desembocando en la mejilla.
En ese momento, los ojos de Konan se abrieron un poco, porque en ese momento vio algo que no había visto en mucho tiempo.
Ella ahora entendió lo que vio hace unos minutos allá abajo.
Toru no tenía esa típica expresión sin emociones que siempre tiene. Su mirada era bastante suave en comparación y la pequeña gota de sangre que se derramó por su mejilla hizo parecer que este chico de alguna forma… estaba llorando.
Konan no siempre fue de esta forma. En el pasado ella también sufrió la perdida de muchas personas que aún a día de hoy continúa amando. Toru, en su infancia perdió a todo su clan, nadie más que el sobrevivió. Seguramente el estuvo solo después de eso, sin nada ni nadie que se preocupe por el y eso es algo que Konan entendía perfectamente.
Toru solo esta destrozado por dentro. Su corazón se ha podrido por las desgracias de la vida. Y lo único que quedo ahora ese niño que no puede hacer otra cara más que esa expresión sin emociones.
Aun así, ella no tuvo tiempo para pensar tanto en la situación, ya que vio como la herida de Toru comenzaba a cerrarse como si nunca hubiera estado ahí. Eso la sacó de sus pensamientos enseguida y se alejo un poco de Toru.
El se quedó con la Mao extendida por un segundo y luego miró al suelo. La cara inexpresiva de siempre regreso, y sus ojos brillaron con la luz de la muerte.
El silencio fue incómodo para Konan, ya que no entendió lo que pasó. Aun así, ya casi terminaba de cortar el cabello de Toru, pero fue interrumpida justo al final, cuando iba a cortar una pequeña parte del flequillo de Toru.
El continuó sin decir una palabra, pero ella entendía por lo que Toru estaba pasando.
…
…
Unos pasos se escucharon. Ambos miraron a la puerta y vieron a uno de los caminos de Nagato de pie en ese lugar. Era el Camino Animal de Nagato, un hombre de cabello largo naranja. Tenía algunos piercings en la cara, además de tener el protector de frente de la Aldea Oculta de la Lluvia.
"Asahi Toru, tienes visitas"
Toru se levantó y dio unos pasos antes de ver a Konan.
"Gracias por cortar mi cabello. Es mas cómodo ahora" Extendió la mano y, la capa y la bufanda que estaban en el suelo fueron, levantadas por una leve corriente de viento que las llevó de vuelta a sus manos.
Después de eso, Toru salió de la habitación dejando a Konan sola.
"La herida en su hombro también se curo…"
De alguna forma, en tan poco tiempo, Konan sintió una gran curiosidad por lo el cuerpo y mente de Toru ocultan. Aun así, cerró los ojos y miró el cabello de Toru tirado en el suelo.
'Tendré que limpiar'
-En algún lugar, muy, muy lejano-
La sangre se derramaba en el suelo de aquel lugar, tocando sus botas negras de cuero. Una sonrisa se formó en su rostro y un brillo peligroso y monocromático se formó en su ojo izquierdo. Ella sostuvo el arma de fuego en su mano y apuntó a los hombres que temblaban de miedo.
"Gracias por la comida"
Los gritos de los reos de aquella prisión gritaron mientras las sombras comenzaban a consumirlos. Una tras otra, mientras la risa sádica de esta chica se escuchaba de fondo mesclada con los gritos de esas personas, las sombras se extendieron y lo consumieron todo a su paso.
Casi enseguida, una alarma se escuchó y por las salidas de emergencia aparecieron personas armadas con trajes tácticos de combate.
La chica de cabello negro atado en dos coletas miró esto y le dio un pequeño beso a la flintlock en su mano.
"Kihihihi… que aguafiestas son todos ustedes" Negó con la cabeza irónicamente, cuando de repente, una bala le atravesó la frente y ella cayó al suelo.
Sin embargo, las sombras se expandieron y se tragaron el cadáver de la chica, reemplazándolo por otra chica con la misma apariencia.
"Hm… que maleducados son. Ni siquiera me dejaron terminar lo que iba a decir" Negando con la cabeza otra vez, la chica extendió su mano y el reloj inorgánico en su ojo izquierdo dio un pequeño giro. "Pero… ya no importa" Con una sonrisa maníaca, ella accionó el gatillo del arma y enseguida uno de los hombres uniformados cayó al suelo.
¡Bang! ¡Bang! ¡Bang!
Una tras otra, una oleada de balazos se escucharon. Los hombres uniformados intentaron defenderse tanto como pudieron, pero fue en vano. Todos terminaron en el suelo tan pronto como comenzó el intercambio de pólvora y metal fundido.
Ella sonrió con satisfacción al ver esto, sin embargo, sintió algo en el aire que se aproximaba.
"Esas mujeres ya llegaron, eh…" Sintiendo que estaba de más en este lugar, ella corrió y atravesó al puerta, para subir las escaleras tan rápido como pudo y así llegar a la azotea en menos de dos segundos.
Allí en el cielo, ella pudo ver a ciertas personas sobrevolando, portando extrañas armaduras de combate con armas letales.
"Fufufu. ¿En serio no se van a rendir?"
Ella simplemente disfruto la situación. Todo era tan caótico que era bastante satisfactorio para ella. Aun así, no podía quedarse a jugar con ellas, después de todo desperdiciaría demasiado "Tiempo". Así que se acercó al borde de la azotea mientras miraba como extrañas balas de luz se acercaban a ella.
"Nya…"
Ella miró a su costado. Allí había un pequeño gato que se había colado en la azotea. Así que ella sonrió con dulzura e inocencia para después tomar al pequeño felino en sus brazos.
"Estar aquí es peligroso, neko-chan"
Después de eso, ella se lanzó del edificio antes de que las balas impactaran contra el suelo, haciendo explotar todo.
Mientras caía, ella pensó que todo esto era divertido, con situaciones siempre llenas de adrenalina, pero, aunque tenía a un lindo gatito entre sus brazos, sintió que algo faltaba. Esta diversión de algún modo se sentía… un poco vacía.
¡Boom! ¡Bang! ¡Bang!
Al final, la parte de edificio donde estaba ella se desmoronó mientras continuaba siendo bombardeada.
"Me llamo Tokisaki Kurumi, neko-chan. Voy cuidarte por un tiempo" Kurumi sonrió suavemente mientras abrazaba al gato y, cuando ella estaba a punto de caer al suelo, una sombra se abrió en el suelo y se la tragó a ella y a pequeño gatito en sus brazos.
Continuará…
Feliz cumpleaños Tokisaki Kurumi!