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46.74% El Ultimo Sol Naciente / Chapter 115: Capítulo 117: Nanabi

Bab 115: Capítulo 117: Nanabi

-Hace mucho tiempo-

Ella no sabía por qué todos la miraban de esa manera. Como si ella fuera un monstruo, nadie quería hablar o siquiera acercársele. Esto de algún modo la hacía sentir solitaria y triste.

Siempre sola, sin nadie a su alrededor.

Ella no tenia padre ni madre, fue huérfana desde una temprana edad. Ella ni siquiera llego a conocer el amor de una madre, después de todo, creció sola en este lugar tan cruel conocido como Mundo Shinobi.

Tan solo es una niña de cinco años que vive en la calle. Siempre esta sucia y los aldeanos la miran con asco o con molestia. La tratan como si fuera un perro. Y aún así, aún cuando es tratada de esta forma, ella sonríe y se disculpa una y otra vez.

Ella siempre camina por las calles de Takigakure todos los días buscando algún lugar para dormir o para conseguir comida. Muchas veces no tenia éxito en sus objetivos. Ella a veces dormía en el suelo sin haber comido siquiera una migaja de pan.

Esta era una vida miserable, si, pero ella no lo veía de esa forma.

Aún cuando cada noche lloraba desconsoladamente preguntándose por qué todos la odian, al día siguiente despertaba con una sonrisa en el rostro, lista para poder llevarse bien con las personas de su aldea.

Esta niña no tiene ningún nombre, sus padres nunca le dieron uno. Ella no tenia una identidad, no era nadie en este mundo.

"¡¿Qué haces aquí, mocosa?! ¡Lárgate a mendigar a otro lado!"

"Lo siento. Ya me voy… lo siento"

La niña corrió lejos de aquel restaurante.

A veces el olor de la comida es agradable. Otras veces ese olor tan agradable se vuelve triste, ya que ella nunca podrá comer comida real que las personas de la aldea comen todos los días.

'¿Qué hago…? No he comido nada en tres días… me duele el estomago…'

Cada día es difícil para esta niña. Siendo odiada por una razón que ella desconoce. Siempre ha sido una niña solitaria y sin familia, sin un hogar al que regresar. Aun cuando esta rodeada de tanta gente, se siente extrañamente solitaria. Tan sola, siempre, con aquellas miradas de repudio que hacen que su corazón llore en silencio.

***

Es otro día más en la vida de esta niña. Ahora mismo acaba de despertarse, pues hace unos segundos estaba durmiendo debajo de un árbol, cubriéndose con algunos trapos que encontró en la basura de una tienda de ropa.

"Cof… cof…"

Ella tosió y se cubrió la boca con la mano. Sin embargo, sus ojos de abrieron al ver sangre en su mano.

'Ya veo… entiendo… mi hora esta llegando…'

La niña sonrió melancólicamente y un par de lagrimas corrieron por sus mejillas, pues para una niña de cinco años la muerte es algo en lo que no debería pensar, sin embargo, se dio cuenta de que la muerte siempre llegará para todas las personas por igual. Sin excepciones, sin importar la edad, la muerte no descansará nunca.

Con esto en mente, la niña tuvo una idea. Ya que ella va a morir por alguna extraña enfermedad, podría robar algo de buena comida. Así al menos podría irse después de comer algo delicioso por primera y última vez en su vida.

Así que, sin perder el tiempo, la niña corrió escondiéndose en algunos lugares para no ser vista. Así fue como llego rápidamente a la puerta trasera de aquel restaurante del que la echaron el día anterior.

Miró por la cocina y había algunos platos de sopa y otras cosas servidos. Parecía que la comida estaba recién hecha, ya que el vapor salía como una corriente de sabor subiendo al cielo.

Esta niña ya estaba babeando. Esto hizo que se apresurara a tomar uno de los platos en sus manos.

'Se ve bien… huele delicioso…'

La niña sonrió y coloco el plato en sus labios. El sabor del caldo toco su lengua y unas pequeñas lágrimas corrieron por sus mejillas.

Para ella, la comida estaba deliciosa. Ella nunca había probado algo así, nunca pensó que podría comer comida normal y no sobras de la basura.

"¡Mocosa sucia! ¡¿Cómo entraste?!"

Sosteniendo una escoba en sus manos, el chef del restaurant miró a la niña con ira muy notoria en su rostro.

La niña reacciono rápido y soltó el plato para luego salir corriendo.

Rápidamente salió a la calle e intento irse, pero sintió que algo sólido le golpeó la cabeza. Luego de eso, un líquido caliente se derramo por su frente. Ella se toco la frente y luego se vio la mano. 'Sangre…' El rojo carmesí cubrió su mano. Al mismo tiempo, los gritos de ira del chef se escucharon en todo el lugar.

Solo pasaron unos segundos hasta que bastante gente se reunió en el lugar preguntando que estaba pasando. La respuesta por parte del chef fue rápida. Esto hizo que todos miraran a la niña con asco.

"¡Maldita mocosa!"

"Ay!"

Un objeto sólido chocó contra su mejilla. Era una piedra.

'¿Por qué…?'

Ella intento sonreír para luego disculparse, pero en lugar de eso, su rostro se lleno de lagrimas al ver las miradas furiosas de todos. Siempre era de esta forma, solo que esta vez… seria mucho peor.

Los aldeanos comenzaron a lanzarse piedras a la niña mientras le gritaban. Mayormente decían que la niña es un monstruo, pero ella no entendía esto para nada. Sólo pudo limitarse a cubrirse la cabeza mientras las lágrimas le empapaban el rostro.

[Mátalos a todos…]

Una voz hizo eco en la cabeza de la niña. Un segundo después, supo que estaba en un lugar diferente. Frente a ella, parecía haber un insecto gigante que la miraba con ojos asesinos. El insecto repetía una y otra vez las mismas palabras. "Mátalos a todos…" Sin embargo, esta vez la frase cambió.

"Dolor… provócales dolor para que entiendan tu sufrimiento. No dejes que te lastimen, no permitas que te traten de esa forma"

La niña miró al monstruo y una pared con barrotes de metal salió desde el suelo. Allí había un sello de papel que mantenía la puerta cerrada. Fue en ese mismo momento que la luz en los ojos de ella se apagó.

El monstruo pareció complacido. "Vamos… rompe el sello. Te daré mi poder… no dejes que nadie más vuelva a lastimarte…" Acercándose a la puerta, el insecto gigante mostró extrañas colas con forma de alas que se unían a su exoesqueleto.

La niña simplemente siguió las órdenes del ser misterioso frente a ella y poco a poco se acercó al sello. Puso sus dedos sobre el papel y entonces…

"¡Deténganse todos ustedes!"

La niña fue traída a la realidad de nuevo por una voz misteriosa. Sus ojos se abrieron en estado de shock al ver a esa persona frente a ella.

El estaba lleno sangre y golpes. Extendía sus brazos para evitar que continúen maltratando a esta niña. Su mirada era bastante seria, mirando a todos como si ellos fueran los monstruos.

"Oye… ¿Estas bien? ¿No te duelen los golpes?"

La niña no supo que responder.

"Esta bien, no respondas si te sientes incomoda. Estás asustada y lo entiendo. Déjame ayudarte, ¿si?"

El chico extendió su mano y la niña acepto esto. Tomo la mano del chico y lo miro a los ojos. Ese chico era bastante amable, tenía los ojos negros y cabello largo hasta un poco más debajo de los hombros de color marrón oscuro. Además de esto, portaba la bandana de un ninja y parecía tener 6 o 7 años de edad.

"Que tan crueles y cobardes pueden ser… ¡¿Se dan cuenta de lo que están haciendo?! ¡Llaman monstruo a esta niña cuando la insultan y le arrojan piedras! ¡¿Qué tan hipócritas pueden ser?! ¡¿Por qué mejor no buscan algo mejor que hacer como prepararse para ayudar a nuestra aldea en la guerra?! ¡Ustedes son los monstruos!"

La niña no entendía muy bien lo que estaba pasando. El chico tomaba su mano como fuerza mientras regañaba a los aldeanos.

'Estoy sucia y aun así…' Ella agacho la cabeza ignorando todo a su alrededor. 'El está tomando mi mano…' Ella podía sentir la mano de un chico. Era más grande que su mano, parecía un poco áspera debido al trabajo como shinobi que este chico tiene. Además, de algún modo era cálida y amable…

"Vámonos de aquí. Trataré tus heridas, así que no debes preocuparte, ¿si?"

"Por qué… por qué…? Estás lleno de sangre… hay heridas en tu cara… ¡¿Por qué me ayudaste?! ¡¿Por qué te preocupan más heridas cuando estás peor que yo?! ¡¿Por qué?!" Aferrándose fuertemente a la mano de este chico, ella lloró, lloró como nunca antes lo había hecho, después de todo, era la primera vez que alguien la trataba de una forma tan amable.

En respuesta a esto, el chico sonrió. Ignoró completamente las quejas de la niña y luego habló: "Me llamo Shibuki. ¿Cuál es tu nombre…?"

"¿Mi nombre…" Dijo limpiándose las lágrimas. "¡No tengo nombre!"

"Entiendo. Esta bien. Entonces, debido a que no tienes un nombre, te llamare Fuu. ¿Te parece bien?"

"Fuu… ¿Mi nombre es Fuu?"

"Si. Te llamare así de ahora en adelante. Ahora te llevare con mi padre. El podrá curarte fácilmente"

Los dos parecían tener la misma edad. Dos niños caminando de la mano por el pueblo. Fue ahí cuando la vida de Fuu comenzó de verdad.

-En el presente-

Las hojas de los árboles se movían con fuerza. El cielo se oscureció anunciando una tragedia y, entre todo esto, Kegon, Yoro y Fuu corrían con expresiones preocupadas en sus rostros. Ellos estaban siendo acechados por alguien, alguien peligroso que los miraba con malas intenciones.

Ellos rápidamente se dieron cuenta de esa sed de sangre y comenzaron su rápida huida en dirección a Takigakure, sin embargo, parece que eso no va a pasar. Ya que, ellos pueden sentir que esa persona misteriosa esta detrás de ellos, persiguiéndolos sin descanso.

"Fuu… huye tan lejos como puedas. Regresa a Suna, el Kazekage podrá ayudarte"

Yoro y Kegon se detuvieron y miraron a Fuu con seriedad.

"Esta vez debes obedecernos, Fuu. No hay otra opción"

Ambos jounin disfrazados de genin fruncieron el ceño y apretaron los dientes. Sabían que esto iba a pasar a pesar de todas las precauciones que tomaron. Incluso si se hicieron pasar por genin, eso no va a funcionar. Ahora no hay opción, ellos decidieron ser la distracción para que Fuu pueda regresar a Suna.

Pero eso es algo que Fuu no piensa hacer, pues ella siempre será testaruda. No aceptara abandonar a sus amigos.

"No, no me voy a ir. Además, ¿Cómo podemos saber si quién nos está siguiendo es malo? Eso no tiene sentido, no sean tan paranoicos"

"Fuu, escucha lo que te decimos, aunque sea esta vez"

"Eso no será necesario" Una voz masculina joven se escuchó. Acto seguido, alguien salió de entre los arbustos como si fuera un monstruo silencioso.

El viento soplo fuertemente, haciendo que la capa negra con el diseño de las nubes rojas bailará al ritmo de este. Lo mismo pasó con las tiras de tela en el sombrero de esta persona que ocultaba su rostro. A todo esto, un leve brillo misterioso se pudo ver en los ojos de esa persona, aún así, su rostro aún era un misterio.

Kegon y Yoro se sintieron asustados, pues lo que temían ahora se volvió realidad. Por un momento se prepararon para pelear, pero Fuu corrió a donde estaba esa persona y extendió su mano.

"Me llamo Fuu y soy de Takigakure ¿Cuál es tu nombre y de donde vienes? Aunque parece que eres de Konoha… ¿Puedes ser mi amigo? Mi meta es hacer un centenar de amigos. Claro, podemos comenzar tomando un poco de té en algún lugar"

La persona misteriosa cerró los ojos y suspiro.

"Yo no vine a hacer amigos, Nanabi-san. Aunque, si tanto quieres saber quien soy. Me llamo Asahi Toru, no me importa decirte mi nombre, pues los muertos no hablan"

Los ojos de Fuu se abrieron en shock al escuchar eso. La voz de este chico era bastante adulta. Además, ese nombre rápidamente le recordó aquel baño que tuvo junto a esas chicas de Konoha. Asahi Toru era el nombre del chico del que Hinata e Ino están enamoradas.

Aun así, eso solo podría ser una conciencia, existen personas que tienen los mismos nombres y apellidos. No…

"Ya veo… entiendo…"

Fuu se quedó con la mano extendida y mirando al suelo sin saber que hacer. El sin duda era el Toru del que Hinata e Ino hablaban, pues tenía la bandana de Konoha tachada cocida en su larga bufanda roja. Su cuerpo tembló ante el peligro mientras veía como Toru sacaba una daga de la manga de su capa.

"¡Bastardo!"

Salpicar…

Yoro se puso frente a Fuu antes de que Toru acatará. Se cubrió con un kunai, pero uno de sus brazos cayó al suelo provocando un gran charco de sangre luego de que la daga cortara.

En respuesta a esto, Yoro apretó fuerte los dientes y resistió el dolor. Sostuvo el kunai en su única mano sobrante mi miró a Toru ferozmente. En ese mismo instante, Kegon corrió a donde estaban esos dos y de un pergamino saco una katana. "¡Huye, Fuu! ¡Rápido-!"

Sin embargo, la sangre salpicó y la cabeza de Kegon se separo de su cuerpo.

Fuu vio esto. Ella vio como el cuerpo de Kegon caía mientras su cabeza de separaba de su cuello. Sus ojos se abrieron en shock y un recuerdo fugaz pasó por su mente. Las palabras se Shibuki aquel día resonaron en su cabeza "Ellos son Kegon y Yoro, estarán a cargo de protégete y vigilarte. Llévate bien con ellos, ¿si?". Una lágrima se derramó al mismo tiempo que ella corrió para sostener a Kegon

En tan solo un parpadeo, ella apareció y sostuvimos a Kegon en sus brazos. De su cuello cortado salía una gran cantidad de sangre que se mezclaba con el suelo y manchaba las manos de Fuu.

"Kegon… Yoro… Yoro… Kegon está…"

Las lágrimas comenzaron a correr por las mejillas de Fuu. Kegon sólo pudo sentir ira después de ver esto. Aun así, el quería mantenerse firme ante esta situación.

"Asahi Toru, mejor conocido como el Shinigami de Konoha. Esa es la identidad de este tipo, es buscado por su aldea y un criminal extremadamente peligroso. Fuu… regresa a Suna… adviértele al Kazekage. Yo me voy a quedar aquí"

Al escuchar esta honorable propuesta de sacrificio, Toru sacudió su daga limpiando la sangre que quedó después de haberle cortado la cabeza a Kegon.

Aun así, después de lo que Yoro dijo, Fuu no pudo moverse. Se sintió débil…

"Nadie irá a ningún lado. Aun si intensas escapar, te seguiré y te atraparé."

Toru camino hacia Fuu, pero Yoro se interpuso entre ellos dos. Sostuvo el kunai e intento apuñalar a Toru, pero él esquivo fácilmente y le dio un rodillazo en el abdomen a Yoro, el cual escupió sangre y cayó al suelo.

Fuu no podía si quiera reaccionar, uno de sus queridos amigos murió frente a ella en un instante. Yoro estaba destinado a morir también. No había nada que ella pudiera hacer.

Ella vio el cadáver de Kegon y apretó los puños y los dientes mientras las lágrimas corrían por sus mejillas. Una ira indescriptible invadió su corazón y explotó en su cerebro, lo cual la llevó a levantarse mirando a Toru con intensiones asesinas.

Como si fuera algo que pasa todos los días, Toru abrió los brazos y sonrió.

"Conoce el dolor, siente el dolor…"

El viento soplo y Toru saco su segunda daga mientras el viento se llevo su sombrero. Escucho el sonido del viento como si fuera música y luego miro al cielo. Allí arriba estaba Konan, observando todo en silencio, asegurándose de que Toru no muera peleando contra el Jinchūriki.

"Oh…"

Fuu lanzó un puñetazo a la cara de Toru, pero él solo se movió a la derecha y lo esquivo. Al mismo tiempo, Yoro se unió a la pelea e intento apuñalar a Toru, todo esto sin tener éxito alguno, pues este tipo se movía extremadamente rápido y además era bastante ágil.

Yoro estaba acorralado y miraba a Fuu llorar y lanzar golpes de ira hacia Toru.

"¡Fuu! ¡Obedéceme y lárgate de aquí! ¡Vete de aquí ya! ¡Katōn: Gōkakyū no Jutsu! [Estilo fuego: Gran bola de fuego]"

Conectando los sellos del jutsu con una sola mano mientras sostenía el kunai con los dientes, Yoro lanzó la bola de fuego contra Toru. Sin embargo, Toru sólo levantó la daga e hizo un suave corte en el aire. Esto fue suficiente para que la bola de fuego desapareciera como si nunca hubiera existido.

"Dansu gyakusatsu…" Toru apareció delante de Yoro y Fuu intento detenerlo.

Sin embargo, el sonido de la sangre salpicando hizo que ella se detuviera. Más sangre cubrió las dagas de Toru y un cuerpo moribundo cayó al suelo sin siquiera poder defenderse.

Yoro miro a Fuu mientras esto pasaba. La sangre de su pecho estaba matándolo rápidamente. No había escapatoria, Toru era demasiado peligroso. Yoro sonrió y dijo: "Fuu… por favor huye. Vive… al menos por esta ocasión, obedece lo que te digo"

Con esto Yoro, aun cuando estaba muriéndose, se levantó del suelo y sostuvo su kunai contra Toru.

"No pienso perder el tiempo" Toru apareció detrás de Yoro y en ese momento, el cayó. Sus ojos se apagaron y su garganta expulsó una gran cantidad de sangre.

"Yoro… Kegon…"

Mirando la sangre en el suelo, una extraña llama en su corazón se encendió. Las lágrimas corrieron por sus mejillas y su cuerpo tembló ante esta escena trágica.

"Ah… ah…" Fuu se sostuvo la cabeza con ambas manos mientras caía de rodillas. "¡Ahhhhhhh!"

Un grito desgarrador hizo eco y una gran onda de aire empujó a Toru. El suelo comenzó a partirse y allí, en medio de todo esto, tres colas hechas con sangre se mostraron en la espalda baja de Fuu.

Toru entrecerró los ojos y suspiro.

"Modo Bermellón, eh…"


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