-Ya que están aquí, no tienen que irse todavía. ¿Por qué no me acompañan a tomar una copa? -la mirada del hombre era lasciva y esbozaba una sonrisa pícara. Su tono era mitad amenazante y mitad persuasivo.
Yvette ya estaba borracha. El hombre la sujetaba por el cuello y parecía que podía llevársela arrastrada en cualquier momento. Nicole miro directamente al hombre y dijo tranquilamente:
-Suéltala.
El hombre curvo los labios de forma engreída y le hizo una seña.
-Ven aquí y bebe esto, luego la dejare ir.
Nicole sabia, sin tener que pensarlo mucho, que la bebida debía estar adulterada. Aun así, no dudo y se acercó, pero un espectador la advirtió:
-Señorita, no se acerque. Llame a la policía. Este tipo es un notorio líder de una pandilla.
Nicole se dio la vuelta para mirar al tipo y le dijo:
-Gracias por su preocupación, pero no es necesaria. -estaba harta y se rio en lugar de enojarse. -Si me acerco, ¿la soltaras?
-Claro… solo acércate. -el hombre sonrió lascivamente y pensó que tenía a estas señoritas en sus manos.
Nicole sonrió y se acercó a él con confianza. Cuando estuvo frente al mafioso, ella arqueo las cejas.
-Ya estoy aquí, ahora suéltala.
El mafioso se excito y extendió su mano para acariciar la cara de Nicole, pero antes de que pudiera tocarla, vio como una botella de cerveza caía sobre su cabeza.
- ¡Ah! -chillo como un cerdo.
En el segundo siguiente, Nicole extendió la mano y le doble la muñeca hacia abajo, lo que le hizo perder toda capacidad de defenderse. Mientras el hombre chillaba, ella le dio una patada en el pecho y el bribón cayo pesadamente en el suelo. Rodo un par de veces y se retorció de dolor mientras su cuerpo temblaba. El rufián ni siquiera tenía fuerzas para levantarse y defenderse.
La música del bar se detuvo bruscamente, por lo que se produjo un inusual silencio durante el momento. La multitud estaba conmocionada ante esta escena. Algunos ni siquiera se dieron cuenta antes de que terminara, ya que todo ocurrió en menos de un minuto. Aquellos que pretendían ser héroes ni siquiera tuvieron la oportunidad de salvar a su damisela en apuros.
Aun sin haber practicado 3 años, Nicole no estaba para nada oxidada y todavía tenía las habilidades básicas de lucha. Ella retrocedió un paso y miro con frialdad al bribón en el suelo. Luego, se acercó tranquilamente a tomar la copa de vino adulterado que estaba en la barra y se acuclillo junto a él.
- ¿Quieres beberlo tú mismo o te ayudo con eso? -sus labios se curvaron con desprecio. No se inmuto por la sangre roja oscura que salía por la cabeza del hombre. Bajo las coloridas luces del bar, su sonrisa parecía más aterradora.
El hombre gemía de dolor, mientras se retorcía y se estremecía de miedo. Se apresuro a pedir clemencia. Nunca imagino que se encontraría con una mujer tan tenaz.
Sin embargo, a Nicole no le importaron sus suplicas. Extendió la mano y lo tiro del cabello agresivamente, obligándolo a inclinar la cabeza hacia atrás. Su voz seguía siendo tan tranquila como siempre...
-Te ayudare. -después de eso, ella vertió toda la copa de vino en su boca, hasta que no quedo ni una sola gota.
Nicole se limpió el polvo de las manos y se puso de pie, mientras lidiaba con este vil hombre con calma, sin el más mínimo pánico, miedo o incluso arrogancia. La multitud estaba asombrada. Quien creían que era la débil resulto ser la campeona.
Nicole cargo a Yvette y salió del bar sin molestar a nadie.
-Vamos. Ese tipo acaba de arruinar nuestra noche…
Para cuando todos recuperaron sus sentidos, la mujer ya había desaparecido por la puerta. El mafioso se cubría la herida con dolor, mientras se revolcaba con incomodidad. Se veía tan miserable como un gusano retorciéndose en el suelo.
Unos cuantos paparazzi estaban allí observando todo el espectáculo con entusiasmo. Uno de ellos se escabullo para hacer una llamada.
-Señor Ludwig, grabamos un video de Nicole golpeando a alguien en el bar. Este contenido seguramente se hará viral. Si lo publicamos en internet, su imagen quedara arruinada.
Keith Ludwig estaba comiendo un poco de caviar fresco en ese momento. Sonrió de forma engreída y dijo:
-Adelante, publícalo entonces.