—¿Qué? —dijeron. Marissa, Clarice y los demás se quedaron sorprendidos por las palabras de Jordan. No podían creer lo que oían.
¡Pensar que Jordan había aceptado que Lauren intercambiara números con otro hombre! ¿No les había dado Jordan una lección a esos candidatos a yernos antes? ¿Por qué este cambio repentino cuando se trataba de Cayden? ¿Podría ser porque lo conocía de antes?
Pero su relación no era tan buena...
Lauren se sorprendió un poco, pero fue obediente con su marido: —Oh, está bien.
Sacando su teléfono móvil, Lauren añadió el número de Cayden.
Clarice se rio al ver eso: —Jordan, por fin has entrado en razón. Estás dispuesto a ceder. Así es. Si amas a alguien, no tienes que aferrarte a ella para siempre. Basta con verla feliz. Oh, lo siento. Olvidé que no puedes ver. Jaja...
Marissa también estaba muy contenta. Pronto no tendría que verlo todos los días. Sin embargo, pronto el banquete de cumpleaños llegó a su fin.