Maureen era alguien que se negaba a avergonzarse a sí misma. Si pedía ayuda a alguien, le pagaba o hacía algo por él. No importaba lo que pasara, siempre pagaría la deuda que tenía.
Hacía un momento que se había enfadado con Yvonne por culpa de Brandon, ¿y ahora tenía que pedirle ayuda?
No había forma de que se obligara a hacer eso.
Warren se rascó la cabeza.
—Está bien, es mi hermana menor. No pasa nada si voy y me acerco a ella. No cuenta como pedirle ayuda. Somos familia.
Maureen agarró a su marido que estaba a punto de salir.
—¡Ya he tenido suficiente, Warren! ¡Mira el trasero de tu hijo! Si fuéramos en verdad una familia, ¿le habrías dado una paliza si te hubiera pisado?
Warren se quedó sorprendido.