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14.28% Heredera de la Mafia / Chapter 5: 5. Disneyland

Bab 5: 5. Disneyland

POV ALEXANDRA

Eran las siete de la mañana y habíamos llegado al aeropuerto ya que nuestro vuelo salía dentro de una hora aproximadamente. Papá había insistido en salir antes de casa para prevenir el atasco y no sé qué otras cosas, y ahora estábamos antes de tiempo. No empezaríamos entrar en el avión hasta dentro de media hora.

En este momento estábamos en una cafetería para desayunar. Alison estaba con Analissa y Francesco mientras yo y Megan estábamos en la barra esperando por nuestro café.

"Odio esto de madrugar, total para estar esperando a entrar en el avión dentro de media hora." Dijo Megan medio enfadada, y no pude evitar que una pequeña sonrisa apareciese en mi rostro, porque sabía que esto pasaría, pero cuando se le metía una idea en la cabeza no había nadie que se lo sacase.

"Sabes cómo es papá, y estoy segura de que nos quiere lejos de aquí antes de que todo empiece. Además, yo te avisé de que íbamos a tener que madrugar" dejó su cabeza sobre la barra y pude escuchar su suspiro. "Lo sé, pero estoy segura de que en cama estaba más segura de que lo estamos en el puñetero aeropuerto."

Me reí porque era lo que me quedaba ahora mismo, pero estaba con ella. Odiaba que Alison estuviese expuesta al peligro más de lo normal. "Yo también odio estar aquí, asique no nos toca otra que aguantar."

Levantó la cabeza y pude ver que algo estaba en su cabeza de repente. "Ahora que lo pienso, volverás a casa después de todo este tiempo." Miré para ella sin mostrar una sola emoción en mi rostro, porque no quería volver allá por nada del mundo. Si que en algún momento me gustaría volver a Los Ángeles, pero no por demasiado tiempo.

"No me agrada volver a casa si es lo que piensas. Para mí, mi casa está aquí. Italia es mi casa y yo soy italiana." Dije, porque era lo más verdad que podía ser. "¿No quieres volver a ver a tú tía y tu prima?" Cuando dijo eso, miré para otro lado, porque era algo que me hubiese encantado, pero las dos estaban muertas y no merecía la pena volver a Estados Unidos para mí.

"Me hubiese encantado de no ser que esos bastardos las asesinaron por el simple hecho de que nos marchamos de allí." A pesar de que no dijo que lo sentía, sabía que lo hacía, lo podía notar en su mirada clavada en mi en este momento. "Ya pasó hace tiempo, y realmente no me acuerdo de gran cosa de ellas, asique no tienes por qué disculparte por lo que pasó."

"Pero las querías." Asentí "Ahora os tengo a ti, Alison y a papá y mamá, no necesito nada más." La cosa más cierta que podía decir en mi vida. "Nos tendrás siempre." Dijo poniendo una mano sobre mi hombro.

En ese momento alguien choca contra Megan haciendo que el café de la taza le caiga encima y se ponga de peor humor por tirar su preciado café y manchar su ropa.

"Oye estúpido, ¿no puedes andar con cuidado? Acabas de tirar mi café por encima de mí." Normalmente se enfadaba rápido, pero siempre que dormía poco, se enfadaba más rápido que la luz de un rayo.

"Lo siento, yo le compraré uno nuevo." Escuché a un hombre decir a su lado, pero eso no iba a hacer nada para aplacar el enfado de mi hermana. "Eso no va a implicar que no me tenga que cambiar, estúpido." Le puse una mano en el hombro para evitar que se fuese a por ese tipo, no necesitábamos meternos en un lío en este preciso momento, aunque no sería ningún problema para nosotras.

"Espera… ¿Megan?" En cuanto escuchamos su nombre, las dos nos giramos para ver quién coño era, y en cuanto lo vi, supe que era el chico que siempre se tropezaba con ella, gran parte de las veces sin ser la intención ya que tenía que aguantarse la mala leche de mi hermana.

"Sí, ¿Qué pasa con que sea Megan?" Ella al parecer no lo reconocía, y estaba más en alerta de lo que estaba antes sin fiarse un solo pelo del tipo, yo tampoco lo hacía, pero también teníamos las armas en nuestros bolsos si las necesitábamos y me iba a importar poco que estuviésemos en un aeropuerto.

"Soy yo, Derek." Dijo, levantando ligeramente las manos para mostrar que no sería un peligro para nosotras. "¿Y de que se supone que te tengo que conocer?" dijo cruzándose de brazos y yo manteniéndome alertar por sea caso hacía un movimiento estúpido. "Fuimos juntos al instituto."

Unos segundos más tarde, reconocimiento fue visible en la mirada de Megan, pero su enfado no hizo más que aumentar "¿El estúpido que me tiró un zumo encima?" el chico asintió y Megan se quedó mirando para él unos segundos antes de dejarnos escuchar una risa frustrada "Vaya, veo que no cambiaste nada, sigues siendo el mismo estúpido de hace años."

"Créeme, cambié." Dijo convencido, pero yo tampoco lo tenía tan claro. Había algo que no me encajaba con él y que me daba mala espina. "A mí me sigues tirando cosas encima, parece que eso no cambió." Asentí a pesar de que ninguno de ellos estaba centrado en mí, lo cual era genial, odiaba la atención sobre mí. "Fue un accidente."

Una sonrisa desafiante apareció en el rostro de mi hermana, haciendo que negase, porque lo que parecía querer ahora era humillar al chico, con lo que realmente no tenía problema, podría ayudarme a descubrir que mierda era lo que no estaba bien con este tipo "Como el de hace años."

Una pequeña sonrisa apareció en el rostro del chico, que a pesar de que no reacciono a lo que le dijo, algo seguía sin gustarme de él, y la verdad no quería que Megan se enfadase más, por lo que le puse la mano en el hombro para que alejase su atención de él y se centrase en mi mejor. "Megan, ni Alison se comporta así, y tiene seis años." Dije, dándole un pequeño apretón en el brazo para que dejase el tema.

"¿Es que tú no ves cómo me dejó?" se giró indignada de que no dijese nada, y podría hacerlo, pero pronto subiríamos al avión y estoy completamente segura de que no quería que nadie la viese como estaba en este preciso momento.

"Te cambias y ya está. Deja de hacer un drama de todo que no son horas." Frunció el ceño, pero dejó el tema. Se fue a por su maleta para dirigirse al baño y cambiarse mientras yo me quedaba allí sentada tomándome el café.

"Siento lo de Megan, es impulsiva." Dije, aunque me importaba una mierda lo que pensase, seguramente tenía su idea de nosotras como el resto del mundo. "La recuerdo así de siempre, asique no te preocupes." Dijo con una sonrisa, pero a mí me puso de mala leche, porque realmente no me importaba lo que dijesen de mí, probablemente era todo cierto, pero no de Megan y no iba a dejar que este estúpido cambiase eso.

"Que la recuerdes así de siempre no quiere decir que no haya cambiado, imbécil." Dije acercándome a él amenazadoramente, haciendo que diese un par de pasos hacia atrás con miedo presente en sus ojos. "Y yo no digo lo contrario. Estoy seguro que cambió, es más, está más hermosa ahora."

Cerré el puño para evitar coger la pistola y ponérsela en la sien, no me costaría nada apretar el gatillo. Si algo odiaba más que a nada en el mundo, era que repasasen el cuerpo de mi hermana con la mirada, no nos hacía sentir cómodas a ninguna de las dos. "¿Vas a seguir babeando por mi hermana como hace tiempo?"

"Pensé que no te acordabas de mí." Sorpresa cruzó su mirada, pero el miedo seguía presente también. "No sé quién eres, sólo sé que te veía babeando por mi hermana como gran parte del instituto y que hacías estupideces como la de hace un rato. Tienes suerte de que no te haya golpeado por eso, porque te puedo asegurar que tenía muchas ganas de hacerlo, más de lo que piensas, y créeme, la ayudaría en caso de que fuese necesario" dije separándome de él.

"Bueno, teniendo en cuenta en la de líos que os metíais, me extraña que no me haya golpeado. Era tocaros un tío y ya lo golpeabais." Dijo con una sonrisa de autosuficiencia, pero este tipo no sabía nada de nosotras ni por lo que habíamos tenido que pasar, no le daba derecho a decir lo que hacíamos. "Creo que Megan tiene razón. Eres un estúpido. Si lo hacíamos es porque teníamos nuestras razones, asique no pienses que por esa cara de niño bueno que tienes todas van a caer a tus pies, estás muy equivocado, porque no es así. Y tienes suerte de que mi hija esté cerca, porque te sacaría esa sonrisa de autosuficiencia de tu rostro en este mismo momento"

No podía seguir ahí. Ese tipo no sabía nada por lo que habíamos pasado tanto Megan como yo, y a pesar de que sabíamos lo que se decía de nosotras en el instituto, no nos importaba, pero en este momento me molestaba que me sacasen el tema, y no iba a dejar que nadie me jodiese el día más de lo que se jodería en el momento en el que pusiese el pie en ese estúpido parque.

Salí fuera del aeropuerto, porque necesitaba tomar el aire un rato para relajarme y mentalizarme de que iba a volver a casa. Después de seis años iba a volver a Estados Unidos, lugar que odio desde el momento que los rusos me separaron de mi tía y nos mantuvieron allí a mí y a otras muchas chicas que esperaba poder ayudar de alguna manera. Recuerdo el lugar en el que nos tuvo secuestradas a mí y a Megan, y según mi gente, el lugar lo seguían teniendo con muchas chicas a las que tenía la esperanza, no, no esperanza, tenía la certeza de que las sacaría de allí costara lo que me costara.

En ese momento, noté una mano en mi hombro, lo que me hace saltar y apartarme de ella, porque odio que la gente me toque. Me costó años que alguien me abrazase, pero sobre todo Francesco, por el simple hecho de ser un tío.

"Hey, tranquila, no te voy a hacer nada." Dijo una voz que no había escuchado en mi vida, lo que hizo que rápidamente me tensase y me diese la vuelta por si tenía que golpearlo o dispararle. "¿Qué quieres?" pregunté cruzándome de brazos para intimidar más. "Solo venía a disculparme por lo que dijo mi compañero, no debió decir eso." Me encogí de hombros y seguí mirándolo, porque no era necesario que viniese para decirme eso, estábamos acostumbradas a eso,

"No es igual, a ti te molestó." De nuevo, volví a encogerme de hombros "¿Y eso a ti que te importa?" dije a la defensiva. "Pues mucho, no me gusta que vayan molestando por ahí a la gente." Dijo, y a pesar de que parecía sincero en lo que pensaba, me importaba una mierda lo que dijese, seguía sin fiarme de él.

"Pues ve a salvar a otras personas de ser molestadas, de eso hay mucho por aquí." Dije girándome en la dirección contraria, pero sin dejar de prestarle ni la más mínima atención. "Lo sé, pero en este momento estoy contigo, sólo quería decirte eso." Dijo, haciendo que mis instintos aumentasen.

"Ya te puedes ir entonces." Dije para ver si se iba de una vez y me dejaba en paz para poder calmarme y volver con Alison y mis padres. "Como quieras, me llamo Hugo, por cierto." Dijo estirando la mano en mi dirección, pero me importaba poco, porque no la iba a coger.

"¿Alguien te preguntó el nombre?" Estaba harta de que la gente se presentase cuando nadie le preguntaba algo. ¿Acaso no veían que no me importaba nada? "No, pero para que lo sepas." Dijo bajando el brazo. "Ni que me fuese a importar." Dije "Puede ser, espero vernos pronto." Podía escuchar algo de esperanza en su voz, pero sé que no lo iba a hacer "Yo espero que no."

Eso último lo dije tan bajo que casi ni yo misma pude escucharlo. El chico se fue y me quedé un par de minutos más y luego me fui a la cafetería donde estaban todos, me senté en una de las sillas vacías y Alison no tarda nada en venirse a mi lado para que la siente en mi regazo, cosa que no dudo ni un solo segundo.

"¿Cuándo nos vamos a ir mami?" preguntó ilusionada, todo lo contrario a mi, pero no iba a arruinarle las ganas que tenía de ir a ese parque. "Dentro de un rato, pero tendremos un viaje largo hasta el parque."

"Yo quiero estar allí, ya." Dijo haciendo un puchero "Tendrás que esperar más, pero antes de que te des cuenta estamos allí." Después de unos minutos nos fuimos hacia la puerta de entrada para nuestro avión y un par de minutos más tarde estábamos dentro del avión. Alison no tardó nada en quedarse dormida

Durante el vuelo, tanto Megan como Analissa durmieron mientras yo estaba poniéndome más nerviosa a cada minuto que pasaba. Desde hace seis años que no pisaba este lugar, y solo pensar que volvería me ponía enferma, pero para nuestra suerte, papá había hecho que pasamos un par de días en Disneyland y después nos iríamos a Nueva York que es donde supuestamente se encontraría con nosotras, pero yo aprovecharía ese viaje para sacar a esas chicas de ese infierno, de algo serviría este estúpido viaje, al fin y al cabo.

"Se te ve muy pensativa. ¿Te encuentras bien?" dijo Analissa sentándose a mi lado "Si, no te preocupes mamá." Dije sin girarme para mirarla, no quería que viese mi ansiedad aumentando cada segundo que estábamos más cerca de Estados Unido, o al menos del parque.

"Me voy a preocupar. Sé que Estados Unidos no os trae buenos recuerdos a ninguna de las dos, pero tu padre se encargó de enviarnos a guardaespaldas para que no nos dejasen sola ni un solo minuto del día." Ella sospechaba que tanto Megan como yo andábamos metidas en el mismo mundo que papá, pero ni una sola vez protestó por eso, y ella sabía que nos podíamos defender sin la ayuda de los guardaespaldas que había enviado nuestro padre.

"Me dan igual los guardaespaldas mamá." Suspiré y me gire para verla "Lo sé, pero espero que eso ayude a que no te centres en lo de hace seis años." Dijo, cogiendo mi mano y dándole un pequeño apretón. "Eso es complicado porque ni en casa puedo olvidarme de eso."

"Lo sé, sólo espero que algún día tanto tú como tu hermana os podáis olvidar de eso que os hicieron." Nunca nos olvidaríamos de todo lo que pasamos allí dentro, eso lo tengo más que claro, pero al menos esperaba poder dormir al menos mitad de una noche entera sin tener que despertarme por las puñeteras pesadillas.

"Lo dudo, pero aprenderé a convivir con ello, no te preocupes." Dije "Lo sé, sois unas luchadoras y podéis contra todo lo que se os ponga delante." Analissa tenía una pequeña sonrisa en el rostro y se podía ver el orgullo presente en su mirada.

"Hemos aprendido de la mejor." Dije dándole un beso en la mejilla y dejando mi cabeza sobre su hombro, haciendo que automáticamente, empezase a pasar su mano por mi pelo. "Estoy orgullosa de vosotras." Podía escuchar las lágrimas en su voz, pero sé que no iba a derramar ni una sola gota "Y yo contenta de que nos encontraras hace seis años en la calle."

Era algo que agradecería toda mi vida. En el momento que Megan y yo salimos de allí dentro, todo el mundo en la calle nos miraba con asco. A día de hoy no entiendo cómo nos pudo traer a Italia sin ningún problema "No dudaría en repetirlo en caso de encontraros de nuevo."

"Y te lo agradezco, y a pesar de que no os lo diga mucho, os quiero." Las lágrimas volvieron a los ojos de Analissa, pero esta vez de felicidad. Era rara vez que decía que los quería en alto. Quiero suponer que ellos lo sabían, pero a veces me costaba decir lo que sentía, por no decir que prácticamente era siempre.

"Nosotros también te queremos, pequeña." Dijo dándome un beso en la sien. Desde que habíamos llegado a casa en Italia, siempre nos trataban como niñas pequeñas, y en parte agradezco que lo hayan hecho con Megan. Cuando llegamos a su casa tan solo tenía catorce años y ella quería desesperadamente tener padres, los cuales encontró en Francesco y Analissa.

"Espero que algún día dejes de tratarnos como niñas pequeñas." Dije con una sonrisa "Siempre seréis nuestras niñas pequeñas."

El resto del vuelo fue en silencio y tuve que contestar alguna llamada para arreglar todo lo que se llevaría a cabo dentro de cuatro días y concretar la reunión que tendríamos antes para dejar claro cuál era el plan.

Cuando el avión estaba por aterrizar, tanto Alison como Megan se despertaron y se emocionaron como dos niñas pequeñas al darse cuenta de que cada segundo estábamos más cerca de Disneyland, todo contrario a lo que estaba yo. Desearía correr una y mil veces hacia Nueva York y sacar a aquellas chicas de allí a volver a ese parque. Los dos eran sitios que odiaba, y a pesar de que odiaba más ese club, tenía una motivación que me hacía querer ir allí. De no ser porque Alison quería estar aquí, ya hace tiempo que hubiese cambiado el billete para irme a la otra punta del mundo para no volver a pisarlo.

A la hora de comer llegamos al hotel y fuimos a comer, ya que la seguridad que nos había enviado nuestro padre se encargaría de llevar las maletas a las habitaciones y revisar que todo estuviese bien.

Al terminar de comer nos fuimos a ese dichoso parque al que Alison estaba deseando ir, y yo estaba intentando con todas mis fuerzas en poner buena cara, pero me estaba resultando un poco imposible y en el momento en el que llegamos a las puertas del parque, no puedo evitar pararme, lo que hace que las otras tres se paren y se queden mirando para mí, pero Megan les dice que entren, que las alcanzaremos dentro de un rato y entran, dejándonos solas a mí y a Megan en la entrada.

"No tienes por qué hacer esto Ale." Dijo intentando cubrirme de las miradas curiosas del resto de visitantes. "Tengo que hacerlo…" Cerré los ojos un par de segundos, pero no tardé nada en abrirlos al notar las manos de Megan en mi rostro. "No, no tienes… Mejor ¿por qué no te vas al hotel y descansas?"

Negué, porque no es que no me fiase de ellas y de los guardaespaldas. Solo que me podría histérica sin saber dónde estaba mi hija en todo momento. Cuando estábamos en casa, me daba igual, porque sé que ese es el lugar más seguro en el que podía jugar y vivir, pero una vez cruzábamos esa puerta, me era imposible no estar pendiente de ella en todo momento.

"Megan, no me pienso ir." Dije abriendo los ojos y mirando para ella "Yo pienso que es lo mejor, pero también sé que no lo vas a hacer. Por otra parte, creo que es mejor que estés con nosotras y no entrando en pánico preguntándote como está Alison en todo momento. Ahora necesito que te relajes, porque ninguna de las dos queremos que Alison te vea así"

Asentí y tomé un par de respiraciones profundas "Esto es una mierda. ¿No se le podía ocurrir otro sitio para mandarnos de vacaciones?" dije, pero sabía que Alison quería venir aquí más que a nada en el mundo. "Papá no sabe nada de lo que pasó aquí, y aún nos queda Nueva York." Dijo y sabía que eso era lo que más estaba molestando a Megan. Yo no tenían tanto problema con volver a Nueva York, al final tenía una misión, y eso era lo que me importaba.

"Pues te digo que prefiero estar mil veces más en Nueva York que aquí." Dije "Puedo llegar a entender tu punto de vista, pero siento discrepar que prefiero mil veces estar aquí antes que allá." Me encogí de hombros porque la entendía al igual que ella me estaba entendiendo a mí "¿Necesitas más tiempo o podemos entrar?"

Podía ver las ganas que tenía de entrar, y no quería estar deteniendo la diversión de mi hermana por un segundo más "Puedes entrar, veo cuanto deseas estar ahí dentro." Una sonrisa apareció en su rostro, pero negó "No te lo voy a negar. Desde pequeña quiero venir aquí, pero no pienses que te voy a dejar así por un simple parque."

Le sonreí y cogí su mano para darle un apretón "Estoy bien, de verdad. Mejor ve y disfruta del parque como niña pequeña que eres." Se quedó mirando para mí un par de segundos intentando saber si estaba diciendo la verdad y cuando se aseguró de que lo estaba haciendo me dio un beso en la mejilla "Está bien, como quieras. Te quiero." Dijo dándome un apretón en la mano "Yo también te quiero"

Con eso, entró en el parque en busca de Analissa y Alison. Me quedé un par de minutos en la entrada hasta que decidí que era hora de enfrentar una de mis muchas pesadillas, Disneyland.


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