Un día cuando acababan de terminar las enseñanzas de la tribu la sacerdotisa me hablo.
-¡Espera! Pequeña niña tengo que hablar contigo- dijo sonriendo.
Siendo honesta la situación no me inspiraba mucha confianza. Sin embargo, debido a mi titulo como santa no me preocupe demasiado.
-¿Si sacerdotisa?
-Tu ceremonia es en unos días y sigo pensando que no estas preparada. Por lo que, creo que lo mejor es que te de unas clases adicionales para que aprendas más sobre este mundo-
-Seria un honor-
-Me alegro de que pienses así, por favor sígueme-
-Esperen un momento, voy con ustedes- Dijo Avon
Al parecer aun siente que debe de cuidar cada paso que doy.
-Yo también iré- Dijo Quinn
-No hay problema vamos todos juntos- Dijo la sacerdotisa con una gran sonrisa en su rostro.
En ese momento pensé que lo que la sacerdotisa quería era llevarse a mis hermanos y que yo solo era la carnada. Lamentablemente, ya era muy tarde, ya no podía decir que no. Además, ¿Cuál es su intención con ellos?
La sacerdotisa nos sacó de la tribu, por un sitio donde nunca había estado, era un gran risco donde en la parte de abajo se veía un gran y forzoso bosque. No se veía un solo claro y estoy bastante segura de que debe ser muy oscuro dentro de él.
-¿Alguna vez habías visto el bosque del olvido?- comento la sacerdotisa.
-¿No, nunca había estado por aquí?-
-El bosque del olvido, es en parte una prisión, es el lugar en donde se exilia a los mayores criminales de las tribus cercanas, ¿sabes por qué?-
-Por que los solo en ese bosque no puedes volver a tu forma humana- Respondió Quinn
-¡Muy bien Quinn! Siempre has sido muy listo. Sin embargo, hay más, en ese bosque se esconde un gran secreto, dicen que al atardecer brilla una luz, que siempre cambia de lugar, pero siempre esta. Se dice que esa luz es parte de la diosa y si la encuentras la diosa te considera un deseo. Sin embargo, no puede salir del bosque, el problema no es encontrar la luz. El problema es que la luz jamás saldrá del bosque. ¡Oh miren! Ya estamos en el atardecer ¿pueden ver la luz?-
Mis hermanos se voltearon a mirar el bosque, sin embargo, yo no me voltee, sino que mire a la sacerdotisa. Gracias a eso vi el momento en que estiro sus brazos para intentar empujarlos por el risco. Sin pensarlo mucho me tire hacia ellos y logre empujarlos a un lugar seguro. Sin embargo, yo me resbale y termine cayendo en el bosque.
Lo ultimo que vi al caer fue la mirada de terror de todos.