Aurora observó la ciudad desde lo alto de un gigantesco palacio.
Ella estaba acostumbrada a las vistas de grandes metrópolis en la tierra. Ver ciudades inmensas con gigantescos edificios para ella siempre fue la norma.
Era hasta el punto de que había visto la Ciudad Zerzura levantarse desde abajo y literalmente llegar a lo más alto con sus edificios, pero la vista de su posición era diferente.
Ella se encontraba en lo alto de una de las torres que se encontraba en uno de los tantos palacios que se extendían por la ciudad imperial.
Tal era el nombre que se le dio al conjunto de palacios que fueron construidos para cada emperador y en el que ella se encontraba era bastante único por sus múltiples torres azules que emanaban una fuerte presencia mágica.
Este edificio era el más alto y el que tenía mejor vista hacia más allá de la ciudad imperial.
A varios kilómetros de distancia más allá de diferentes palacios, castillos y mansiones de todo tipo se encontraba la verdadera ciudad.
Filian, la ciudad de la magia y lo que actualmente era considerado como el centro del mundo y capital del Imperio Falion.
Una ciudad con millones de habitantes comparable a las más grandes metrópolis de la tierra y a pesar de que Aurora estaba lejos, podía ver las altas torres y también decenas de torres flotantes que se alzaban por el cielo.
La vista era única.
"Cuando quieras podremos salir a hacer turismo." Dijo Cithrel desde su espalda.
Aurora se giró a mirar a su amiga.
Cithrel estaba bebiendo té tranquilamente en el balcón y Aurora notó el brillo de los ojos de su amiga. Ella se veía bien y se notaba animada.
Los ojos azules literalmente brillaban de vez en cuando mostrando líneas azules que conectaban su pupila dando la impresión de que la energía mágica la rodeaba de manera electrizante.
Llevaba un vestido corto, pero la manera que tomaba su bebida estaba llena de confianza y gracia única. Ella se veía majestuosa e imponente y extremadamente elegante.
Aquí estaba la futura Emperatriz del Imperio Falion, uno de los más grandes imperios de Terra nova.
"Quizás." Murmuró Aurora sin decir nada sobre el aura de Cithrel.
No era que su amiga estuviera actuando arrogantemente, sino que estaba en lo que Aurora llamaba como 'modo trabajo'. Era probable que ella también mantuviera otra actitud cuando se trataba de trabajo y lo único que había que hacer era acostumbrarse.
"Vamos. Que esa mujer no te cree prejuicios contra nosotros. Más allá de la ciudad es espléndido. La gente, la magia, los puntos de entretenimiento." Dijo Cithrel y con cierta emoción, añadió. "Tenemos cientos de universidades de todo tipo. Te encantaran."
Cithrel reveló un toque de emoción al hablarle de la universidad quizás recordando su tiempo en la academia, pero Aurora sonrió suavemente.
"No vine aquí para vacaciones. Me gustaría tener la oportunidad de entrenar." Mencionó Aurora sinceramente y notó que Cithrel frunció el ceño.
"¿De verdad? Incluso más allá de nuestras ciudades hay un gigantesco mundo para explorar. Ciudades enteras de diferentes culturas y razas con historias milenarias." Dijo Cithrel tratando de atraerla. "¿No me digas que no estás interesada en ver lo que ofrece este mundo?"
La pregunta causó que Aurora pusiera una expresión difícil sin poder negar que sentía curiosidad.
No iba a negar que le interesaba lo que Terra nova podía ofrecer más allá de las bestias y el combate, pero al final quiso mantener su objetivo principal y Cithrel lo notó y suspiró.
"Sabes se viene mi coronación. ¿También me rechazaras?" Preguntó Cithrel.
"Por supuesto que no. Si tengo la oportunidad asistiré." Confirmó Aurora de inmediato provocando una sonrisa.
"Entonces tengo una oportunidad para hacerte cambiar de parecer sobre el turismo." Dijo Cithrel y poniéndose en una posición de negocios con una mirada seria, explicó. "Mi coronación se acerca y todos estamos ocupados. Imagínate estamos tan ocupados que tuve que contratar gente nueva como Helisent. Así de ocupados estamos."
Aurora dio una sonrisa al notar el desprecio de Cithrel en su voz y siguió escuchando atentamente.
Ella sabía sobre la coronación y era imposible que la coronación de la siguiente Emperatriz fuera algo pequeño. Incluso en la tierra se mencionaba al Imperio Falion sobre cualquier otro imperio o reino de este mundo.
Que ellos fueran lo que viajaron a la tierra primero demostraba la clase de influencia que ejercían.
Sin embargo, Cithrel en este momento apuntaba a otro asunto que su coronación.
"Estas aburrida." Dijo Aurora al darse cuenta y viendo que Cithrel fue sorprendida al ser descubierta, añadió. "Es raro que no estés con Venali y también no he visto a Taqiyya."
Era raro que Venali dejara sola a Cithrel ya que ellas siempre iban juntas y el galante caballero se trajo a su damisela cuando ella volvió a su hogar. Taqiyya no estaba aquí y era normal que Cithrel se aburriera.
"¿Soy tan fácil de leer?" Murmuró Cithrel y dio una sonrisa. "Taqiyya está en el reino autónomo de los enanos aprendiendo todo tipo de artes y Venali está muy ocupada ahora que heredo el marquesado de su familia."
Aurora no estuvo sorprendida del trasfondo de Venali, ya que suponía que era alguien importante. Aun así, notó la mirada de Cithrel y esa sonrisa que daba al hablar de ambas dejaba ver calidez.
También en esa sonrisa se notaba un ligero toque de soledad.
"No me engañaras, aunque hagas pucheros." Murmuró Aurora no queriendo ceder ante la mirada lamentable de Cithrel.
"¿De verdad?" Murmuró Cithrel haciendo un puchero pareciendo una niña y luego estalló en risa y exclamó. "¡Por supuesto que la Protectora de Zerzura no caería por los encantos de una seductora vampiresa!"
Fue melodramática y exagerada, pero al instante aplaudió y dio una sonrisa malévola.
"Sin embargo, no soy una vampiresa. Soy la dueña de este imperio." Dijo Cithrel y manteniendo la sonrisa llena de confianza, añadió. "Solo por tu tiempo te puedo ofrecer todos los recursos del imperio."
Aurora dudó, pero Cithrel levantó la mano de inmediato para que le dejara continuar.
"Aurora las armaduras vivientes que viste son decoraciones. ¿Te agrado Melorrill? Tenemos una orden dirigidas por dragones mitológicos. Básicamente un grupo de viejos semidioses de miles de años. Elfos, humanos y múltiples razas con destrezas, artes y experiencias que es incomparable a la tierra." Dijo Cithrel y mirándola seriamente, añadió. "Controlamos áreas prohibidas, planos y tenemos colonias prácticamente en otros universos. Miles de calamidades, cientos de semidioses e incontables de altos rangos."
La mirada de Cithrel era solemne y seria. Ella estaba orgullosa de hablar del poderío su imperio y era tal orgullo y confianza lo que hizo que Aurora no pudiera rechazarla.
Lo que le estaban ofreciendo era más de lo que Aurora podía imaginar.
¿Con cuantas personas de alto rango podría entrenar? Aquí el 'alto rango' eran rangos SS y SSS. Personas que han vivido miles de años, incluso individuos de otras razas y con historias o experiencias tan extensas que no podía imaginar.
Y todo estaría a su disposición solamente si ella daba algo de su tiempo.
"¿Me permitirán entrenar?" Dudó Aurora queriendo buscar una excusa pensando en la 'sirvienta' que se encontró antes.
"¿Helisent? Dios. La hubiera ejecutado." Murmuró Cithrel con cierto disgusto y al ver su expresión, explicó. "Veras. Cuando era niña prohibí que todos los nobles educaran a sus hijos, así que algunos no crecieron con los modales correctos."
"¿Disculpa?" Murmuró Aurora sin entender a lo que se refería y Cithrel suspiró.
"Bueno. Me pregunte, ¿qué pasaría si niños que tienen todo crecen sin recibir la guía de sus experimentados padres? Obviamente fueron educados por los mejores profesores, pero la educación se trató de habilidades. Ya sabes literatura, modales y ese tipo de cosas." Dijo Cithrel y dando una media sonrisa, detalló. "Mi idea era mantener a aquellos que a pesar de tener todo fueran conscientes de sus posiciones más allá de su estatus social y en caso contrario… Bueno, elimino ramas de nobles insignificantes."
"¿Cuándo tuviste esa idea?" Preguntó Aurora sin ocultar su expresión llena de rareza.
"Creo que fue a los cinco años. Mis padres no me educaron y estuve con mi abuela toda mi infancia, así que estaba un poco celosa." Dijo Cithrel y tosiendo en calma, declaró. "Créeme no creo que ganes nada entrenando con ellos, pero bueno si quieres se puede ordenar y si hacen algo mal me deshago de ellos. Todos ganamos."
Al terminar Cithrel se encogió de hombros y bebió té con tranquilidad.
¿Dio una orden de tal magnitud a sus cinco años y fue cumplida en todo el imperio? ¿Era normal que una niña tuviera tal autoridad?
Aurora mirando a Cithrel beber con tranquilidad tuvo otra pregunta… ¿Fue una orden dada en un berrinche o detrás de sus celos también había una motivación mayor?
Ahora mismo Cithrel se estaba aprovechando de esa falta de educación y principalmente del sentido común y enseñanza. Si los padres hubieran enseñado los secretos, gustos o motivaciones de Cithrel a sus hijos, esos niños podrían haberse acercado a ella, pero como no la conocían no sucedió.
Y si aquellos que no eran lo suficiente inteligente no se daban cuenta a tiempo de lo que apuntaba la futura emperatriz entonces se llevaban una sorpresa. Similar con Helisent que quiso ganarse a Cithrel cumpliendo una orden, sin darse cuenta de que su forma de llevar a cabo la orden casi le causa la muerte.
"Estoy curiosa sobre lo que te enseño tu abuela." Murmuró Aurora sabiendo que la 'abuela' de la que hablaba no era la sanguina, sino que la Diosa del Conocimiento.
¿Qué cosas le enseñaba a una niña a esa edad? Por supuesto, Aurora no era nadie para juzgar la educación de otra persona ya que desde pequeña ella también tuvo una infancia única.
"Espero que no me ocupe tanto tiempo." Dijo Aurora luego de suspirar y viendo que Cithrel sonreía como si hubiera predicho su respuesta. Añadió. "Y tampoco quiero tesoros milagrosos ni cosas extrañas y si me la das la pagare. Solamente quiero entrenar."
Su tono fue ligeramente gruñón y fue a causa de Cithrel que sonreía con tanta superioridad. Por supuesto, sus palabras eran honestas, entendía que en Terra nova existían todo tipo de elixires y bebidas y ella únicamente quería obtener experiencia de combate.
No deseaba aprovecharse de su amiga sin importar la posición que Cithrel tuviera.
"Bien, bien. Nada de tesoros milagrosos o divinos. Una lástima la carne de dragón y el vino de savia del Árbol del Mundo es delicioso." Dijo Cithrel en calma y sin esperar que ella respondiera, aplaudió y Melorrill entró de inmediato. "Llévate a Aurora a la Orden Blanca. Le encantara entrenar con ellos."
Melorrill asintió en calma y le hizo una señal para que la siguiera.
Aurora que vio lo rápido que Cithrel actuó parpadeó mirando a esa dragona y luego a Cithrel que le sonreía casualmente.
¿Cayó en una trampa? Aurora simplemente suspiró.
Era demasiado tarde para arrepentirse.
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