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62.38% The Guardian [Spanish/Español] / Chapter 612: Historia Paralela Nuevo Comienzo Capítulo 138: Definitivamente.

Bab 612: Historia Paralela Nuevo Comienzo Capítulo 138: Definitivamente.

Aurora saltando por el aire, cayó con sus puños golpeando lo que para ella era un cangrejo gigante.

Sus puños eran demasiado débiles, pero a diferencia de hace unos meses cuando había empezado a entrenar, ahora llevaba cierta fuerza física.

La forma que estaba utilizando la energía mágica para reforzar su cuerpo fue más normal que hace un mes y si seguía con su entrenamiento, estuvo claro que sería mejor el mes que viniera.

El desarrollo era similar para sus movimientos y había logrado fusionar bien sus movimientos de pie, de rápido esquivé y sus piruetas con algunas técnicas básicas de luchador, pero eso era todo.

Su oponente era un gran cangrejo que rondaba los cinco metros y era un rango A, con una dureza que sin duda ella no podía penetrar, al menos no con sus puños desnudos.

Tratando de utilizar su fuerza para atrapar la pinza, ella se afirmó en el suelo, pero cuando llegó solo la sostuvo unos segundos antes de volar por el aire y rodar por el suelo.

"Me rindo." Exclamó y levantándose con lentitud, pudo ver que el hielo congelaba las patas del cangrejo, tan solo para que al momento siguiente se extendiera por el cuerpo y cayera al suelo muerto.

Estaba en una pequeña isla cerca de Japón, acompañando a Akira, que acababa de eliminar a ese cangrejo con suma facilidad.

"Fue bien para mí." Murmuró Akira acercándose a ella y dándole una sonrisa para que se animara.

"Di la verdad. ¿No es lo mío, cierto?" Cuestionó Aurora y con un suspiro, se quejó. "Mi velocidad de desarrollo es lenta. Estamos por llegar a fin de año y apenas puedo considerarme un rango B como luchadora. ¡Quería comenzar el año 2046 con una gran fuerza!"

En el mundo durante este año muchas cosas habían cambiado.

El Imperio Sudamericano en América del Sur y la posterior eliminación de la mafia, que trajo el clamor del pueblo sudamericano al Emperador, luego en centro y Norteamérica las naciones se unieron, formalizando su nuevo estatus con sus nuevas reglas hasta el punto de que se designó un presidente temporal y las elecciones ya tenían fechas.

No era raro que se unieran naciones, pero lo que se hizo en América fue a un nivel que sin duda se hablaría durante decenas de años.

Luego estaba Zerzura que hace un mes había comenzado a crear pueblos alrededor de la ciudad a la vez empezó a traer masivamente a los refugiados de Sudan y las naciones cercanas, aumentando aún más la población.

Si antes las personas no deseaban viajar a Zerzura porque no querían estar en una ciudad, ahora que se estaban construyendo pueblos con todas las necesidades cubiertas, sin duda vinieron queriendo asentarse en la zona.

Por ahora eran pueblos en puntos estratégicos y cubiertos por el sistema de seguridad de drones dirigidos por Atenea, pero cuanto más se expandieran más pueblos se crearían y más gente tendría un lugar en donde quedarse.

Sin embargo, en lo personal, ella seguía siendo la misma y si bien las pesadillas nocturnas se iban reduciendo, su temblor con su espada le hacía recordar su pasado.

Y el problema era que no podía dejar de usar su espada, ya que las misiones de asalto continuaban en marcha.

La pseudo 'Republica de África Occidental' que Raiden y otras influencias en el oeste crearon estaba por ser formalizada, pero las personas que sabía que se crearía un estado criminal, deseaban viajar lejos.

Luego Ronald el autoproclamado Rey de Madagascar también estaba al extremo sureste de África y si bien su unificación fue pacífica y se rumoreaba que no deseaba salir de su isla, otros idiotas que deseaban imitarlo a él y al Emperador Víctor todavía seguían molestando.

Guerras que traían problemas a las personas, quienes ella terminaba protegiendo y guiando a la ciudad… Su espada era un arma para protegerlos y a la vez para eliminar esas amenazas.

Por eso no la podía usar de forma imprudente y si deseaba utilizar sus puños, con la fuerza actual era difícil que pudiera ser útil para eliminar individuos peligrosos.

"¿No has dicho que has sentido una mejora en la resistencia y en tu fuerza? Ya eres un espadachín y si le agregamos la mejora física, entonces significa que has obtenido ventajas superiores a alguien de tu misma profesión." Dijo Akira dando una mirada que la cuestionaba por sus quejas.

¿Mejoró? Si, sin duda había mejorado.

Los espadachines eran más débiles que los luchadores en términos físicos y la verdadera ventaja estaba en la velocidad y técnica de espada o el arma que utilizaban.

No obstante, como todo individuo que utilizaba energía mágica, su cuerpo se había fortalecido lo suficiente como para poder defenderse, pero ahora con su entrenamiento su mejora fue más notable.

"Y lo sería más si lograra ascender al rango A." Murmuró Aurora de forma inevitable y al ver que Akira levantaba su ceja, declaró. "Lo siento. Demasiado avariciosa."

La mirada de Akira dejaba ver una rareza que Aurora había captado en las personas que veían a su hermana luego de comer varios platos sin ni siquiera mostrar un estómago un poco más inflado.

Tal vez era demasiado específico, pero no pudo negar que ahora mismo estaba siendo avariciosa.

Deseaba mejorar, ya que, si empezaba a actuar como luchadora en los trabajos menores, podría dejar su espada de lado.

Al menos deseaba vencer una criatura de rango A, pero a sus puños le faltaba potencia que solo el aura de combate le brindaría y Aurora sabía que pasaría bastante tiempo hasta que captara esa aura.

"Está bien. Creo que es normal que desees mucho más cuando uno piensa quien es tu padre." Dijo Akira con una sonrisa de entendimiento.

¿Era porque el Gigante de Acero era su padre y ella era avariciosa buscando estar a la altura de su padre?

De cierta forma uno pensaría que ella heredaría su capacidad para ser un luchador, pero Aurora se rio.

"No. No es por eso. Solo pensaba que, si puedo ser más fuerte, puedo vencer criaturas más fuertes." Respondió Aurora y con una sonrisa, explicó. "En cuanto a mis padres, ellos me tuvieron cuando sus habilidades innatas eran débiles. Así que incluso si he heredado algo de su talento, debe ser superficial."

Si sus padres la hubieran tenido como rangos SSS, como actualmente eran ahora a pesar de que se ocultaban, entonces ella podría haber heredado un potencial físico y mágico absoluto.

No obstante, la tuvieron cuando el 'Gran Cataclismo' estaba comenzando, lo que significaba que no heredo todo el potencial.

Incluso si era como algunos decían que la energía mágica se filtraba antes del 'Gran Cataclismo', era probable que no fuera lo suficiente como para que sus padres cambiaran tanto.

O al menos, ella desconocía del tema y solo sabía que no heredo toda la capacidad de sus padres.

"Igual no es como si fuera lamentable. Encontré mi talento cuando era bastante joven." Añadió Aurora para hacer que la atmosfera no se volviera deprimente, pero al decir esas palabras, dio un medio suspiro.

Encontró su talento cuando era más que una niña, pero ahora solo lo utilizaba para matar.

"Tampoco es como si mis padres me insistieran en que alcanzara su altura o me volviera como ellos." Añadió Aurora tratando de no perderse en sus malas emociones y sentimientos, entonces observando a Akira, preguntó. "¿Y tú? ¿Cómo lo llevas con tus padres?"

Sus propios padres le daban total libertad en sus acciones, decisiones y deseos, lo que llevo a que ella pudiera hacer lo que deseara.

Un sistema misterioso que la apoyaba, incluso en las más locas ideas, solo fue un extra que le permitió cumplir sus objetivos.

—Técnicamente te advertí cuando algunas acciones eran peligrosas.

Aurora trató de controlar su sonrisa, ante la respuesta de su observador sistema.

No iba a negar que ella no hizo caso a sus advertencias, pero en algunos casos era bastante joven y si bien le gustaba pensar que maduro mentalmente más rápido gracias a que pasaba mucho tiempo en donde estaba su maestro, no tenía la 'experiencia de la vida'.

"Bien. Supongo." Murmuró Akira y cuando Aurora le prestó completa atención, comentó. "Les avisé que deseaba pasar año nuevo contigo y disfrutar juntas. No es como si fuera algo tan malo, solo era la noche y pasaba el día con ellos, pero a pesar de que aceptaron, sentí que estaban preocupados de que me relacionara demasiado contigo."

Podía viajar con los portales de la iglesia de un lugar al otro y Akira había querido pasarla con sus padres, para luego reunirse con ella y su grupo para pasarla juntos.

La idea era que el gremio iba a nacer en año nuevo, al menos de forma oficial, lo que significaba que podrían festejar juntos.

El Gremio Tormenta Helada oficialmente surgiría.

"Soy una mala influencia, ¿no?" Dudó Aurora en voz baja y viendo que Akira daba una expresión temblorosa, suspiro y añadió. "No respondas. Prefiero seguir creyendo que soy alguien bueno."

Literalmente la hizo trabajar en misiones peligrosas, luego la invitó a las tierras sin ley en donde había lunáticos, demonios, jugadores y estaba lleno de sectarios peligrosos.

Como si fuera poco, estuvo apoyándola para que obtuviera misiones con su grupo y los invitó a ese grupo también a trabajar en misiones de asalto que eran de por sí peligrosas.

"No te preocupes. Mis padres solo no te conocen, pero cuando lo hagan aprenderán lo increíble que eres." Respondió Akira y sonriendo de forma brillante, declaró. "Tal vez deberíamos arreglar para que los conozcas."

Aurora por alguna extraña razón, al escuchar tales palabras se sintió tímida y algo nerviosa.

Sentía que, si llegaba a conocer los padres que estaban preocupados por su amiga, sería una de las tareas más complicadas que haría.

******

Agatha que estaba aburrida, observó como el demonio Melgar conversaba con la Cardenal Brousseau, sobre el siguiente proyecto.

—¿Hacerme cargo del bajo mundo? Trabajar para Alice y Aurora me permitió vengarme de esos imbéciles traidores, pero no esperaba que me quisieran dar ese trabajo. ¿Trabajó para ellas, no debía rechazarlo o preguntarles antes de aceptar?

"¿Este trabajo lo saben las Protectoras de Zerzura?" Preguntó Melgar con seriedad.

Sus pensamientos fueron escuchados por Agatha, pero ese demonio ni siquiera dejo ver una pizca de lo que estaba pensando, dejando en claro que era excelente para ocultar sus emociones.

La Cardenal Brousseau estaba ofreciendo un trabajo que sin duda sería considerado importante.

Controlar el bajo mundo… Tal idea parecía descabellada si venía de las autoridades mismas, pero para Agatha solo dejaba ver otro movimiento perfecto de James.

Solo si controlaba el 'bajo mundo' la ciudad podría estar verdaderamente segura, ya que podría regular los criminales más peligrosos, descubrir a otros y más importante que todo, mantener un ojo en los negocios turbios.

Zerzura había crecido tanto que ya superaba los dos millones de habitantes e iba por más gracias a la expansión de los pueblos.

Que Melgar estuviera trayendo a las personas que estuvieron bajo su cuidado como 'Jasar el Pálido', solo fue un aumento extra.

"Es probable que lo sepan cuando los informes sean enviados. No obstante, no todos sabrán lo que sucederá aquí. Este es un trato secreto." Confesó la Cardenal Brousseau.

No era como si estuviera protegiendo a la iglesia en caso de que descubrieran que la iglesia tenía tratos con demonios, sino que era necesario que el bajo mundo pareciera estar en una relación amistosa con la ciudad y no queque lo controlara.

De esa forma, los criminales extranjeros cuando vinieran a buscar ayuda de los criminales locales, estos los delatarían a Melgar, que a su vez podría encargarse de avisar a las autoridades.

O por otra parte… En caso de que alguien problemático apareciera que necesitara ser eliminado, Melgar podría ser enviado a encargarse del problema.

Tal vez la Cardenal Brousseau no estuviera pensando en ese tema en este momento, pero Agatha si y principalmente sabía que James, se preparaba para esas eventualidades.

—¿Lo saben? Debería informarle por mi parte que he aceptado el trabajo. No quiero traicionarlas luego de que me ayudaran a vengarme. Aunque creo que lo entenderán, Alice parece que oculta cosas profundas, pero Aurora, aunque parece ser una humana idealista, es extremadamente fría.

Los comentarios sobre sus hijas lograron que Agatha frunciera un poco el ceño.

Ella estaba observando por medio de un hechizo, cómo se llevaba a cabo la reunión y leyendo los pensamientos de ese demonio sin que se diera cuenta.

No solo buscaba que saber si los traicionaría, sino que conocer sus intenciones, objetivos y ambiciones, pero encontró que Melgar era alguien leal.

Nadie deseaba que el futuro jefe del bajo mundo se volviera en contra de ellos y decidiera llevar negocios prohibidos que trajera problemas.

"Me gustaría una lista de negocios permitidos. No quiero que me pongan como objetivo de las Protectoras de Zerzura." Bromeó Melgar con una risa.

—Es probable que termine muerto si cruzó los límites que esas hermanas imponen. Aun así, ser un criminal no está mal, se me dio bien hacer de 'Jasar'… ¿Debería ver algunas otras películas de mafias y criminales? Tal vez ayuden.

Sus pensamientos eran bastante simplistas y a la vez dejaba ver que no estaba en guardia y que ni siquiera estaba pensando en esta tarea como problemática.

Aurora era muy exigente con lo que consideraba sus límites y cuáles no, pero a la vez incluso ella sabía que algunas situaciones eran imposibles de eliminar.

Y si lo hacía, seria a costa de imponer otras situaciones.

Como ahora, que Zerzura tenía un sistema de vigilancia virtual extremadamente invasivo dirigido por Atenea, que hasta leía los mensajes privados de los ciudadanos, para de esa forma detener el crimen.

El costo de la seguridad de la ciudad era la libertad personal… Algunos pensarían que era un costo muy grande, pero si fuera por Agatha, ella hubiera instaurado hasta un sistema de seguridad mágico y psiónico para vigilar todo.

"La seguridad o la libertad. Que divertido cuestionamiento." Murmuró de forma inevitable para sí misma.

De cierta forma los dioses eran esa clase de sistema, ya que por lo que ella sabía, algunas deidades estaban conectadas con sus creyentes y 'veían' lo que esos devotos observaban.

Por supuesto, incluso ella sabía que no había 'sistema de seguridad' definitivo, pero al final estuvo claro que en este lugar la decisión era de Aurora.

Y su hija no deseaba restringir las libertades a favor de la seguridad al menos no de forma permanente y ella era más de 'controlar' las variables.

En este caso el bajo mundo era una variable que podría desencadenar problemas en Zerzura y la mejor forma de controlarlo era poniendo a alguien al mando.

Bebiendo una copa de vino azul, cuyo contenido era mayormente energía mágica, Agatha miró su último plato de comida y suspiro.

Desde que ascendió tuvo que comer o beber grandes cantidades de comidas con energía mágica para mantener vitalizado su cuerpo y si bien se podía permitir los gastos astronómicos, cada vez se estaba volviendo más complicado.

"Adaptarse es imposible. El maldito mundo tiene que adaptarse a mí." Gruñó Agatha con un poco de molestia.

Su cuerpo no era capaz de adaptarse y de cierta forma seguía fortaleciéndose de forma sutil y aumentando su consumo de energía mágica.

Ella era incapaz de adaptarse al mundo y el mismo mundo debía adaptarse a ella, específicamente la densidad de energía mágica.

El mayor problema era que al menos que causara un desgarro que debilitara la barrera dimensional, se demoraría meses tal vez años como para que ella pudiera decir que este mundo era un lugar ideal.

Respirando hondo, atrayendo la energía mágica de los alrededores, Agatha exhaló con calma.

Se sentía como si le faltara aire luego de ejercitarse durante horas… Era una sensación molesta y más cuando no se cansaba con facilidad.

Tal molestia la llevo a que pensara en su retiro y luego, se detuvo al sentir unas presencias fuera del edificio.

Agatha chasqueó los dedos y la visión que tenía de la Cardenal Brousseau y Melgar se rompió, cuando el hechizo dejo de funcionar.

Los alrededores se ajustaron al edificio de sus hijas y luego el timbre sonó.

"¿Esta es la casa de Aurora Campbell? Recuerda ella es quien tiene ojos y cabello negro."

"Sí. Al menos eso es lo que pude encontrar. Parece ser una niña rica. Con razón logró que Akira pudiera viajar a todas partes. Los niños ricos nunca miden sus acciones y siempre son imprudentes."

"Querida esposa, todavía no la conocemos. Tratemos de no juzgarla antes de conocerla. Nuestra hija es inteligente."

"Hmph. Tú estás feliz porque Akira ascendió de rango. Sin embargo, yo estoy preocupada porque luego de que volviera casa de esas prácticas, ella tuvo pesadillas durante unos días."

¿Eran los padres de la amiga de su hija? Se notaban que vinieron a hablar con Aurora y conocerla para de esa forma definir si era o no una buena influencia.

Agatha era capaz de comprender sus intenciones, aunque en su caso le gustaba que sus hijas supieran entender quiénes eran malas influencias y luego ellas decidieran si juntarse con ellos.

Después de todo, sus hijas eran fuertes y en este mundo ser fuerte, significaba la capacidad de vivir por su cuenta, sin necesidades de otros.

La presión y preocupación paternal podía ser un arma que ocasionara que los hijos se independizaran prematuramente y se alejaran por su cuenta.

Apareciendo ante la puerta cerrada, Agatha se miró a un espejo y vio cómo a su edad retrocedía pasando de una mujer en su veintena a una adolescente, alcanzando apenas la mayoría de edad.

Sus ojos y su cabello eran naturalmente negros y no los cambio, pero cambió su expresión seria a una sonrisa y abrió la puerta con cierta calma.

"Hola. ¿Necesitan algo?" Preguntó Agatha con una sonrisa amable.

La mujer y el hombre que estaban esperando, parecían estar por alcanzar sus cincuenta años de edad, pero si bien la mujer tenía la imagen de una oficinista importante, el hombre parecía un asalariado algo sumiso.

"¿Aurora Campbell?" Preguntó el padre con cierta seriedad y cuando ella asintió, comentó. "Somos los padres de Akira. Perdón si te molestamos, venimos a África porque deseábamos hablar de nuestra hija contigo."

¿Vinieron tan lejos solo por eso? Agatha que estaba actuando con una expresión seria y curiosa al escucharlos, se sintió un poco divertida.

"Nuestra hija ha estado haciendo algunas misiones, así que mentimos sobre que teníamos trabajo y decidimos hacer el viaje." Dijo la madre y con calma, pidió. "Preferimos que mantengamos nuestra visita entre nosotros."

Akira estaba haciendo unas misiones, tales palabras eran un hecho, pero lo que la joven le olvido decir era que esas misiones la estaban haciendo con la misma persona que vinieron a buscar.

¿La joven ya estaba mintiendo? Era probable que lo hiciera para no preocupar a sus padres o estos no la restringieran en su amistad.

Al final daba lo mismo.

"Entiendo. Pueden pasar, por favor." Invitó Agatha, dando una sonrisa casual a ese par de padres.

Actuar como una joven respetuosa era algo que no hacía desde hace bastante tiempo, pero no iba a negar, que se divertiría.

******

Dos jovencitas se acercaron al edificio con expresiones agotadas.

"Estoy cansada." Murmuró Akira mientras seguía a Aurora.

"Bueno, te dejé hacer todo el trabajo. Es mi culpa." Respondió Aurora y con una sonrisa, comentó. "¿Qué tal si vamos a cenar afuera? Podemos invitar a Alice y comer algo 'mágico'."

"Está bien por mí, pero déjame que yo invite." Replico Akira con calma y una voz decidida.

Le gustaba comer con las hermanas, pero si fuera sincera, siempre que la invitaban a lugares caros la hacían sentir mal, porque siempre era 'invitada' ella.

Ahora que trabajaba, le gustaría que fuera diferente.

"Sabes que Alice es un pozo sin fondo, ¿no? Si la invitas, ella puede dejarte en bancarrota a ti y a todo tu futuro gremio." Comentó Aurora y levantando su ceja, dudó. "¿Qué tal? ¿Sigues insistiendo?"

A Aurora podía ser modesta en la mayoría de las compras a pesar de que seguramente era rica, pero si algo no tenía límites presupuestarios era en la comida de su hermana.

Y ahora la amenazó con ese hecho y Akira se sintió intimidada.

"¿Cada uno paga sus propios platos?" Dudó Akira buscando un punto intermedio mientras seguía a su amiga al interior de la casa.

No podía pagarle la comida a Alice y no era que fuera cara o algo de ese estilo, era que esa jovencita era un pozo sin fondo que comería lo que fuera no importaba la calidad, sino que la cantidad.

"Tú me invitaste a Japón y te dejé que me agasajaras. Ahora estas en mi ciudad, así que deja que te mime un poco." Dijo Aurora, guiñándole el ojo y abriendo un portal, añadió. "Iré al baño, luego salimos a buscar a Alice."

Junto a esas palabras desapareció y Akira solo suspiro ante la huida de Aurora, que le impidió responder.

Más que dividir los gastos, lo que apuntaba Aurora era que ambas simplemente dividieran las regiones y que cuando fueran de visita a Asia como hoy, fuera ella quien las guiara e invitara.

Sin embargo, era probable que si iba a comer con Alice a uno de los caros restaurantes a los cuales iba, gastara más de lo que ella podría gastar en la estadía de ambas hermanas y todo con una sola comida.

Pensando que debería invitar a Alice y Aurora por un tour por Japón a los mejores lugares que ella podía permitirse con su jugoso sueldo, escuchó una risa desde el jardín y Akira se congeló.

Esa risa… Akira caminando aturdida al jardín, cuando abrió la puerta pudo ver a una adolescente de cabello y ojos negros, sirviéndole té a su padre mientras ambas reían.

Tenía una similitud a Aurora, al menos en los ojos y de cierta forma la belleza, solo que esta jovencita estaba 'dotada' de un 'encanto' mayor.

"Estudie en Gran Bretaña. Para mi lamento, he aprendido los modales de la aristocracia inglesa." Dijo la joven sirviendo té con calma.

"Oh, no creo que sea un lamento. Me haces sentir como si estoy tomando té con una princesa." Respondió su madre y notándola a ella, comentó. "Akira no pensé que tuvieras una amiga tan maravillosa. ¿Sabías que Aurora sabe varios idiomas, incluyendo el japonés? Es una poliglota."

¿Aurora? Akira parpadeó tantas veces, sintiendo la rareza de la situación y si no fuera porque había conocido a esa 'adolescente' a una edad más adulta, no se hubiera dado cuenta de quién era.

"No es para tanto. Mi japonés está demasiado roto. Me he acostumbrado a la facilidad de la traducción automática de la Diosa del Conocimiento y en estos tiempos apenas lo utilizó." Respondió la jovencita con una sonrisa tranquila.

"¡Y es humilde!" Exclamó su madre, logrando que su padre se riera y entonces viendo que Aurora salía con una mirada dudosa, preguntó. "Ella debe ser la hermana, ¿cierto? ¿Alice?"

Su madre parecía emocionada y Aurora que no entendía lo que estaba sucediendo, dio una mirada a sus padres y luego a la 'adolescente', entonces sus ojos se abrieron en sorpresa y pánico.

"Hola, hermanita." Saludó Agatha Campbell, la Luz de Plata moviendo su mano con una sonrisa pícara.

Akira solo siguió parpadeando incrédula, tratando de captar lo que sucedía, pero Aurora se volvió roja y paso por tantas emociones al mismo tiempo, pero todo terminó en lo mismo.

"¡Perdón!"

Una disculpa por su propia madre por engañar a los invitados inesperados.

******

En el sótano de la iglesia en donde se encontraba el portal, un murmullo avergonzado sonó por tercera vez.

"Perdón. De verdad lo siento." Murmuró Aurora mientras bajaba la cabeza varias veces en forma de disculpa.

Alice que estaba siguiendo a su hermana para despedir a Akira y a los padres de esta, solo observó como la madre de Akira se acercaba a Aurora.

"Tranquila, niña. No necesitas disculparte." Murmuró la madre de Akira, con un tono que estuvo claro que se sentía mal por hacer que una niña se disculpara de forma tan constante, con una expresión avergonzada.

Una expresión que mantuvo desde que supuestamente encontró a su madre disfrazándose de ella… Una broma divertida, que Alice lamentaba haberse perdido.

"Sí. Fue…" Dudando un momento, el padre de Akira al final suspiro y comentó. "Algo que hacen los poderosos. No pensé que la Luz de Plata fuera tan traviesa."

"Parece tener el alma de una jovencita." Comentó la madre de Akira con una risa entretenida.

La Luz de Plata era conocida en gran parte del mundo y Japón no era la excepción, siendo de cierta forma una de las 'heroínas' más famosas y a la vez admirada de gran parte de la región.

Japón también sufrió de cierta forma las consecuencias del Gran Cataclismo y la Luz de Plata estuvo presente en ese lugar.

Era normal, que los japoneses la admiraran y los padres de Akira eran uno de los tantos admiradores, que en vez de tomar la situación como una rareza la tomaron como una broma de alguien poderosa.

Sin embargo, Alice lo vio diferente.

"No pongas esa cara, niña." Dijo la madre de Akira y abrazando a Aurora que mostraba una expresión difícil, comentó. "Creo que ella fue cautelosa, al impedir que extraños nos acercáramos a ti o si no cualquiera podría engañarte."

"¡Mama!" Exclamó Akira, pero esa mujer solo abrazó a Aurora como si fuera normal y luego separándose, miró a su hija.

"¿Qué? Es obvio que es una niña que cualquiera podría engañar. Tienes que cuidarla como la mayor." Determinó la madre de Akira, con un tono que sonaba a regaño.

Era probable que ellos estuvieran cautelosos con 'Aurora' quien llevó a que Akira realizara misiones difíciles y viajara a lugares peligrosos, pero ahora la joven, era diferente.

Su hermana en este momento estaba avergonzada al extremo, solo queriendo disculparse y sintiendo vergüenza por lo que hizo Agatha y eso llevo a que vieran el lado más infantil de ella.

No era una coincidencia, esto era algo que su madre planeó… Alice no necesitaba pensar demasiado para darse cuenta de la verdad.

Sin magia mental, sin ilusiones o falsedades solo hizo que Aurora se avergonzara y mostrara su lado más 'joven', llevando a que la madre de Akira, mostrara su lado maternal, no pudiendo pensar que alguien como esa joven, llevara por mal camino a su hija.

"Lo entiendo, madre. La cuidaré." Respondió Akira de forma seria y a la vez conteniendo sus expresiones mixtas.

Entre risa, seriedad y solemnidad en respuesta, a la vez que extrañeza.

No estaban siendo engañados por alguna imagen falsa de Aurora, simplemente estaban viendo otro lado, diferente al cual otras personas veían de ella.

"Nos vemos." Dijo la señora, abrazando a Aurora y luego mirándola a Alice, se acercó para abrazarla y cuando ella se dejó, añadió. "Te enviaré algunos de mis postres."

Alice llegó tarde a la diversión de ver a su hermana avergonzada, pero entendió lo que planeó su madre.

Agatha buscaba que la relación de Aurora con los padres de su amiga no fuera mala y de esa forma que Akira no se distanciara ni de Aurora o de sus padres y a pesar de que Alice no le gustaba que desconocidos la abrazaran, lo aguantó.

"Envié muchos con Akira." Pidió Alice de forma seria.

Por supuesto, lo aguantó porque deseaba que su hermana tuviera una amiga que la pudiera ayudar a abrirse y no por los postres que esa señora alardeaba que preparaba.

¡Definitivamente no eran los postres!


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