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33.33% Escritos Inconexos / Chapter 4: Dar una explicación

Bab 4: Dar una explicación

Elliot

Mis ojos recorrían cada una de las ya conocidas líneas del tejado de mi habitación. Mis apuntes reposaban sobre mi pecho; había logrado aprenderlos hace unos minutos, o quizá horas, pero la pereza me había ganado la batalla y me dejó postrado en mi cama leyendo el tejado sin noción del tiempo.

La falta de luz colándose en la habitación me hace creer que lo más seguro es que ya sea de noche, y lo corrobora el ulular de un búho ¿Tan rapido?.

En mi interior un debate gritaba suplicante terminar: mi madre hace ya algún tiempo comenzó a sospechar de algo que había logrado mantener oculto, tal vez desde siempre. Aunque yo amara ese algo absolutamente nada me garantiza que los demás lo hagan; para mi era divertido tener acceso a algo que la mayoría no, no soy una persona normal y eso de cierta forma me agrada, esto fue y es mi distracción para el maldito dolor que llevo dentro, ese dolor que nunca nada ni nadie ha logrado apartar.

Antes de venir a Italia lo más normal que tenía eran mis amigos, pero ahora que ellos no están la normalidad se desvanece dejándome con mis otros "amigos". Son cosas que la mayoría no llegaría a entender; demaciado complicado o demaciado ireal. No sabría decir como reaccionaria mi madre, pero no puedo seguirle mintiendo, ya lo he hecho por 20 años; ya no la puedo engañar más, no a la única persona que siempre a estado para mi, no a mi propia madre.

Y hablando de la reina de Roma mi progenitora me llama anunciando que la cena estaba lista. ¿Que? Tengo 20 y aún vivo y dependo de mi madre, vamos, ella no me a dejado trabajar y tampoco es que quiera dejarla.

Bajo perezosamente de mi cama y mi cuerpo se  estremece cuando mis pies descalzos tocan el frío suelo, cojo una camiseta y la paso por sobre mi cabeza mientras me dirijo hacia mi puerta; una vez allí giro la perilla deleitándome al instante con el delicioso olor que se coló inmediatamente la puerta fuera abierta. Mi Mamá era toda una chef; una chef a la que en minutos tendría que darle una difícil, muy difícil explicación que tal vez arruine nuestra relación, pero basta de pesimismos Elliot, disfruta del manjar.

Arrastre mis pies por el pasillo intentando llegar lo más lento posible, no sabía que decirle, pero como vivo en un departamento no tardó mas de dos minutos en llegar  y realmente lo que ví sólo aumento mis nervios; mi madre es ese tipo de personas que para convencerte o hacer pases cocinaba de tu forma favorita o hacia una cena espléndida, y esta era una perfecta combinación entre las dos.

Levantó su verde mirada y la posó en mi embosando una tierna sonrisa, sentada en una de las dos sillas de nuestra mesa- de la cual el resto esta noche habían desaparecido- para que yo me sentara frente suyo, ya sabía a que iba la cosa.

Sobre la mesa reposaban dos platos de jugoso pollo y dos copas de vino tinto, todo sobre un hermoso mantel gris claro, sin duda, una de las de mi madre.

— Wow — exclamo sentándome.

— Cariño, ¿te gusta? — Me Pregunta sonriendo.

— Me encanta — Le correspondo el gesto — Gracias, Mamá.

Ella toma un sorbo de su copa y yo la imito. Comenzamos a cenar tranquilamente, sonriéndonos como siempre; mi madre es mi mejor amiga, sonara cursy pero adoro a mi mamá.

Unos quince minutos después de que compensáramos a degustar la comida, ella toma la palabra.

— Cariño... — Comienza — Te veo nervioso ¿sucede algo?

Rayos.

— Yo... Tengo algo que decirte — Intento nervioso y bebo otro sorbo. — No se si lo entiendas... —Me sincero.

— Dímelo, Cariño, lo entenderé. —Dice tiernamente.

— Bueno yo... Hace ya algún tiempo... —Suspiro — Puedo verlos, mamá, puedo ver fantasmas, espíritus o como quieras llamarlos.

— ¿Que? —Ladea su cabeza. — ¿De que hablas, hijo?.

— Tal cual lo dije, ma —Bajo la mirada. — No estoy loco. Enserio los veo, y no podía seguir ocultándote algo así, no a ti. —Suelto.

— ¿Porque no me lo Dijiste? —Pregunta.

— No me creerías, nadie lo haría —Digo — Esto no es normal, y sobre algún doctor, ya lo he visto ma y no tengo absolutamente nada mal. Me verás como un monstruo ¿verdad?

— No, Cariño, no —Dice y toma mis manos entre las suyas — Nunca te trataría como un monstruo. —A estas alturas la cena ya había terminado y sus orbes azules se juntaron con los míos grisáceos —De hecho...

Una llamada entrante a su celular interrumpe.

— Ahora vuelvo —Dice y con el teléfono en mano se levanta y desaparece por el umbral.

Suspiro.

Lo entendió bastante bien, es que, enserio no podría con el hecho de que mi madre lo rechazara, ella y esto eran importantes para mi.

Mi "don" era mi sedante, y aún cuando los recuerdos vienen. Cerca de mi vecindario hay un lago, y el lago tiene digamos una energía bastante entretenida; pasaba horas observando motas de hermosos colores danzando por sobre el lago, niños que en sus vidas pertenecían a pueblos cercanos jugueteando; algunas veces contaba con la presencia de alguna compañía, de las cuales aprendo bastante, me enseñan diversos ángulos que desde la perspectiva humana no es fácil notar. Y hay una compañía en específico que aparece más de lo normal y con la que me llevó completamente bien, se podría decir que se convirtió en mi amigo.

Soy de las personas que ven como subnormales al quedarme viendo un punto fijo, pero es más por perderme en mi mente que cualquiera otra cosa. Ah y tal vez porque en lugar de novia tengo libros, ¡Pero vamos Si la únicas que he llegado a conocer -y con eso me refiero a cruzar- no son para nada más interesantes que un libro! O al menos para mi.

— Elliot, Cariño —Me llama mi madre entrando de nuevo al comedor.  — Tengo una excelente noticia.

Esa sonrisa... No...

—Tu tía Marrie vendrá un tiempo con nosotros —Anuncia alegremente.

—¿Enserio? —Ok, quiero a mi tia, si, pero es un poco... Digamos estresante. — ¿Cuando vendrá?

— Este sábado —Responde.

— Dentro de... —Realizo una cuenta rápida y agrego — tres días.

— Si, —Dice sentándose nuevamente — ¿que me decías?.

— Tu estabas hablando. —Le recuerdo.

— Ah si Elliot, tu padre —Carraspea — también podía hacerlo, también podía digamos verlos.

—¿Que? —Mi cabeza martilla y me obliga a apoyar mis codos sobre la mesa y tomar mi cabeza entre mis manos. — No, no, no, eso NO es cierto Mamá, no lo es. Yo no tengo nada que ver con él, no tenemos nada en común, no.

Todo se revuelve, todo gira; sonara ridículo culparlo de todo más él no estaba cuando paso; pero lo odiaba justo por ello, si el no se hubiese ido nada hubiese pasado. Mi madre no se habría casado con Jhon y sus hijos no hubieran entrado a mi vida, así que para mi: Todo era su culpa.

La sensación actual es bastante conocida para mi, tal vez había algo cerca. Mi cabeza da tumbos y mi al rededor vueltas, un frío horrible me envuelve sumado a que no siento mis extremidades y mi estómago se revuelve. La noción del tiempo desaparece

— ¡Elliot! — Mi madre me zarandea — ¡Elliot!

Reacciono y noto mi espalda en el duró y frío suelo, ¿en que momento caí?

Todo a mi alrededor seguía dando vueltas y las voces volvían; susurros de mis ex-hermanastros exigiendome callarme, las voces de cada persona que había entrado a mi casa con esas intenciones. Cada una se repite en mi mente tal cual grabación; esta es una situación que no le deseo a nadie.

Pero sin saber de donde saque las fuerzas, me incorporo trabajosamente y a pasos torpes paso junto a mi madre y me dirijo a mi habitación.

— ¡Elliot! —Grita — ¿Que diablos haces? ¡Elliot vuelve!

En mi mente sólo tenía un pensamiento activo: sal, vete, corre. Lago, el lago.

Sonara ridículo pero ese era el lugar predilecto para esta situaciones; odiaba que nombraran a mi padre y más aún que me compararan con el. Una parte de mi sabe que es sierto pero otra lo evita a toda costa lanzándome dolorosos recuerdos para opacar a la otra.

Termino de atar las agujetas de mis tenis y me dispongo a salir de mi habitación; cojo mis llaves y abro la puerta.

— Elliot, Cariño —Llama mi madre tomandome por una de las mangas de mi suéter. — ¿a donde vas?.

— Ahora vuelvo —Corto intentandome soltar de su agarre.

— Pero... —Insiste.

— Ahora vuelvo, mamá —Le interrumpo y me suelto, abro la puerta, salgo, y ella no me detiene.

Sólo hay un lugar en donde puedo pensar con claridad.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

La encontré :D

Descubrí que tiene otra más xd

Cabe aclarar que no corrijo las cosas. Así que lo que leen (aunque les de cáncer) era lo que escribía.


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