¡Claro, uno no podía usar solo una mano para aplaudir, pero era suficiente para formar un puño y golpear gente!
—¡Pequeño Bai, observa cuidadosamente el sable! —el joven en las ropas verde reveló una brillante sonrisa. No importaba si Song Shuhang tuviera un sable en sus manos, el joven sujetó con fuerza el suyo y se elevó en por los cielos. Entonces, él apuntó hacia la frente de Song Shuhang con un corte rebanador de montañas.
Si él no lo evadía, ese sable hubiera cortado a Song Shuhang por la mitad.
—¡Bastardo! —Song Shuhang rodó hacia un lado para evadir el corte.
«¿Hay algún rencor del pasado entre los dos o algo así? Es la primera vez que nos conocemos y ¿tú ya estás usando métodos tan violentos?
Un caballero usa su boca en lugar de sus puños. ¿No podemos tener una buena charla?»