La sensación solo duró menos de un segundo, como si fuera solo una pista falsa. Pero el Anillo de Congus que Lucien llevaba puesto le recordaba que no era una simple ilusión.
—Lucien... —Alferris intentó hablar con Lucien, pero fue detenido por él. Sus grandes ojos color ámbar parecían confundidos.
¿Quién fue? ¿Qué estaba haciendo esa persona allí tan tarde en la noche, cerca de la pequeña iglesia ubicada en la zona civil de la ciudad?
Pero el peligroso poder nunca volvió. Entonces Lucien le dijo a Alferris usando mensajes secretos, los cuales solo producirían unas pequeñas ondas mágicas.
—Alguien estaba cerca, al menos de rango sénior. Da la impresión de que la persona ha entrado en la Iglesia de Salvación ya. Tenemos que esperar aquí un poco más para asegurar que Richard esté a salvo.
Alferris se emocionó de repente. Un enemigo significaba pelea; pelear significaba victoria; ¡y la victoria significaba trofeo!