—¿Cómo? —Preguntó Natasha. Aunque era una experta en anti-rastreo, sabía que todo era distinto en aquella dimensión en la que el poder espiritual y la fuerza de voluntad de todos estaban restringidos, así que pidió el consejo de Lucien.
Los hechiceros eran conocidos por sus múltiples hechizos que servían a propósitos diferentes y específicos. Aquella era otra ventaja que tenían sobre los caballeros y los clérigos.
Lucien sacó su monóculo y se lo puso en el ojo izquierdo. Imágenes y escenas pasaron por su pupila izquierda. Mientras tanto, las ondas electromagnéticas se extendían desde su ojo y su cuerpo en todas las direcciones, brindándole información después de vez en cuando.
Usando el hechizo del quinto círculo Ojo del Trueno y el Relámpago, Lucien era como un radar humano en ese momento.