El salón entero estaba en silencio. Nadie dijo una sola palabra, pues todos estaban esperando ver el resultado del experimento.
Un momento después, cuando los presentes empezaron a murmurar entre ellos nuevamente, Lucien habló:
—Señor Felipe, puede abrir el reactor ahora.
Siguiendo estrictamente los procedimientos de la realización de experimentos mágicos, Felipe activó de uno en uno un conjunto de círculos mágicos como medida de seguridad.
Cuando el reactor fue abierto, y la temperatura volvió a la normal, Felipe recolectó la pequeña cantidad de partículas blancas ubicadas al fondo del contenedor y luego se giró hacia Lucien.
—¿Cuál es el siguiente paso, Profesor?
—¿No quiere revisar esas partículas, Señor Felipe? —respondió Lucien con una sonrisa enigmática bajo su capucha.
—¿Qué está diciendo? ¿Estas partículas son...? —Felipe quedó confundido por un segundo, junto al resto de los presentes.