El pequeño Huo Xu no esperaba que Lu Zhaoyang aceptara tan rápido. Se tocó la barbilla con el dedo con una mirada pensativa.
De repente, sus ojos se iluminaron. —¡Ahh, vamos a Z Country! ¿Yang Yang no nació en Z Country? ¡Ella debe conocer el lugar, y podemos ahorrar dinero al no tener que contratar un guía turístico!
Huo Xu tenía cierta astucia y pensó que era lo suficientemente inteligente como para ahorrar dinero. Pero cuando levantó la vista, descubrió que el rostro de Lu Zhaoyang estaba aturdido, sin una sonrisa.
—¿Yang Yang? —El pequeño llamó y la miró.
Lu Zhaoyang salió de sus pensamientos. Escuchar el nombre de su país de origen le trajo muchos recuerdos. Extrañaba la comida, la familia y a esa persona que había estado entrando en sus sueños durante los últimos años.
Quería regresar allí, pero no estaba segura de si ese era el mejor momento y cómo enfrentar las cosas y la gente en casa.