—No, es sólo un sueño. No es real —susurró Chen mientras la abrazaba con fuerza y esperaba usar su calor para recomponer su corazón roto.
—Lo sé… —El refrescante aroma de los firmes pechos de Chen la estaba calmando.
—Quiero decir, todo lo que tenemos ahora se siente tan irreal, que tenía miedo…
«Miedo de ver mi pesadilla hecha realidad. Sería demasiado tarde para entonces. No quiero perder nuestras vidas ahora. No quiero perderte, aunque a veces siento que no merezco todo esto».
—Yang, confía en mí. Nunca podrá encontrarnos aquí.
«Pero tal vez Chen tenga razón, sí, tal vez… ».
—Mhm. —Zhaoyang asintió y su mano se deslizó sobre las mejillas de Chen.