¿Cómo podría Yun Shishi decirle algo tan vergonzoso? Incluso estaba desconcertada sobre lo que debía hacer en la actual situación.
Mu Yazhe se sorprendió al ver sus ojos entrecerrados y enrojecidos y calientes.
―Mu Yazhe… ―dijo ella, le abrazó el codo, y suplicando le susurró―:¿Puedes pedirles que se vayan?
Ye Minglan se sorprendió al
oírla dirigirse directamente con el nombre del hombre. ¡Esa mujer era la primera y única en hacer eso!
Pero el hombre no estaba enfadado por ello.
Los dos escucharon la última parte de su súplica y se sorprendieron con la inesperada descortesía de la muchacha.
Aún más sorprendente era la forma en que Mu Yazhe los miró después de que ella hubiese expresado aquella petición. Aunque el hombre no dijo ni una palabra, su expresión helada bastó para que se marcharan.