—Señor Barton, creo que ha entendido mal, definitivamente es un malentendido... —Weiss se apartó del grupo—. No irrumpimos aquí a propósito, y definitivamente no perturbamos el descanso eterno de su Alteza Baiers...
De haber podido, Weiss habría preferido ser asediado por un ejército de Esqueletos Guerreros que enfrentarse a un solo Lich.
Nadie más que él sabía lo aterrador que era un Lich.
En aquel entonces, él era solo era un Archimago reciente. Durante una campaña en el Plano Azur Oscuro, había conocido a un Lich. Era muy difícil que un No-muerto se formara en ese plano; sin embargo, él se había encontrado con un poderoso Lich.
La precisión de lanzamiento de este, como así también su control del maná y su cálculo del enfriamiento se mantenían frescos en la mente de Weiss. Además, aquel era solo un Lich de algunos cientos de años, no podía compararse con Barton, que había existido durante varios milenios.