Todavía estaba ansiosa, pero había decidido creerle a su hermano sin reservas.
Ahora, inmersa en la atmósfera nocturna, parecía haber olvidado quién era. Cantó la conmovedora melodía palabra por palabra, siguiendo el deseo de su corazón de "buscar seguridad y bienestar para Li Lei". Era como los altibajos de una ola, como el dulce sonido del cielo.
No supo cuánto tiempo cantó y ni siquiera sabía lo que estaba cantando. Los recuerdos del pasado de ella y Li Lei flotaron en su mente. El sol claro en el bosque donde se habían encontrado por primera vez, su sonrisa que era como una brisa de primavera, su figura que había volado por el acantilado en medio de la tormenta para rescatarla, el amuleto manchado de sangre, el mano que se había extendido hacia ella en el mar...
Li Lei.
Él había hecho tanto por ella.
Ahora, era hora de que ella lo salvara.