Xia Ling se secó las lágrimas.
—Pei Ziheng, ¡preferiría que no me lo hubieras dicho! ¡Prefiero no saber que el callejón sin salida que me hiciste enfrentar en mi vida pasada no era un callejón sin salida en absoluto! ¡Podrías haberte casado conmigo! Significa que podría haber tenido la boda de mis sueños después de todo ¿entonces sufrí por nada?
Mientras hablaba, las lágrimas brotaron. Se cubrió la cara con las manos, no quería dejar que él viera el desastre que ahora era. Pei Ziheng la abrazó con fuerza.
—Lo siento, lo siento.
No sabía qué más decir además de disculparse. La familia Pei era una familia reconocida y rica, con reglas que se habían transmitido por generaciones. Las reglas especificaban que cualquier hombre de la familia tenía que casarse con una mujer de igual categoría, y si no lo cumplían, su posición en la familia se vería amenazada. La política interna del magnate Pei era demasiado complicada.